Casa Remei funciona desde hace casi tres años, con atención personalizada a sus residentes. | Josep Bagur Gomila

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El Consell ha concedido recientemente la primera licencia para una residencia privada asistida de personas mayores en Menorca. Se trata de Casa Remei, un edificio reformado y habilitado en una casa antigua del casco urbano de Sant Lluís, que está en funcionamiento desde hace cerca de tres años, mientras se tramitaba la concesión, una vez dispuso de la licencia del Ayuntamiento por el mismo concepto.

Hasta ahora habían existido otras iniciativas similares en Maó pero ninguna había llegado a cuajar como la que ya existe en el centro de la localidad sanluisense.

No es un geriátrico al uso puesto que no dispone de servicio médico ni enfermería, sino una vivienda asistida con capacidad para ocho personas. Quienes han decidido ingresar en ella lo hacen, fundamentalmente, porque han optado por no vivir en soledad y disponer de apoyo y acompañamiento profesional continuos en un entorno que pretende ser familiar y agradable. Los usuarios no padecen una patología concreta que les haga imprescindible una atención médica diaria.

«Damos los cuidados que recibiría un abuelo o abuela exactamente igual que si estuviera en su propia casa», explica Victoria Ellison, emprendedora que puso en marcha esta iniciativa después de dedicarse durante muchos años a la asistencia privada a gente mayor en sus domicilios, también en Sant Lluís y su entorno. Una vez superados los trámites para obtener permisos y licencias, y ajustarse a la exigente normativa actual en este tipo de servicios, Ellison que ya había adquirido la casa, la adecuó a las necesidades y hoy se ha convertido en una propuesta única en la Isla para personas mayores que disponen de recursos propios. «Aquí es como si estuvieran en su casa, incluso les instamos a que se traigan su propio mobiliario si lo desean para favorecer la adaptación».

Los residentes disponen de varias zonas comunes, como terraza y sala de estar que conecta al jardín, biblioteca, wifi en toda la casa, además de seis habitaciones amplias, cuatro de ellas individuales y dos dobles. Cuentan con asistencia las 24 horas del día los 7 días a la semana a cargo del equipo de personal formado por 7 personas. No hay barreras arquitectónicas y dispone de una plataforma elevadora para quienes residen en la primera planta del edificio. No son, en todo caso, residentes dependientes, tienen autonomía para salir y entrar cuando lo deseen aunque unos precisen más asistencia que otros.

Todos se han empadronado en la dirección donde se encuentra la casa, en la calle Pere Tudurí, número 11. Así cuando precisan atención médica la reciben del centro médico del pueblo.