Taller para adquirir conocimientos sobre administración electrónica y canales digitales para buscar trabajo.

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Gracias a la convocatoria de ayudas correspondiente a 2020 de la Fundació Sa Nostra y Bankia, la Fundació per a Persones amb Discapacitat de Menorca ha puesto en marcha en Maó una nueva aula informática. Un paso al frente dentro del proyecto «Reduïm la bretxa digital de les persones amb discapacitat».

Se trata de una acción enmarcada en el Itinerari Integral d’Inserció ejecutado a través de la convocatoria de subvenciones del SOIB y que cuenta con una cofinanciación de hasta un 50 por ciento de los Fondos Sociales Europeos. El avance es fruto también del trabajo desarrollado a través de Programa Operatiu de les Illes Balears, que se ha ejecutado entre 2014 y el pasado año.

Este nuevo espacio, del que hasta la fecha solo se podía disfrutar en Ciutadella, posibilitará a partir de ahora la puesta en marcha de acciones formativas diseñadas específicamente y talleres grupales en la zona del levante de la Isla, consiguiendo así «una atención más próxima y de mayor calidad», argumentan sus responsables.
En el aula habilitada en Maó serán partícipes de las actividades programadas cerca de medio centenar de personas con un reconocimiento del grado de discapacidad intelectual, física, sensorial, enfermedad mental o con pluri discapacidad, además de perceptores de incapacidad permanente, inscritos como demandantes de trabajo en el SOIB y beneficiarios del Itinerari Integral d’Inserció.

La Fundació cuenta con una amplia experiencia en proyectos de inserción laboral. Explica Lourdes Florit, coordinadora de ese área, que se trata de programas que «se han de entender como un servicio de acompañamiento a las personas con diversidad funcional con el objetivo de que puedan acceder a un trabajo». En ese sentido, hace hincapié en que «centramos nuestra intervención en las propias personas y en las empresas».

Así, se promueven acciones formativas que se dinamizan de forma coordinada con las empresas y la realización de prácticas no laborales con la finalidad de contribuir a la inserción de al menos el 45 por ciento de las personas beneficiarias.