Registro de temperatura y concentración de CO2 en un aula de Menorca

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Hay una contradicción entre la normativa de Educación que regula la temperatura del aula y la que obliga a airearla para prevenir la covid-19. Esta obliga además a que la concentración de CO2 no supere en ningún caso los 800 ppm. El STEI quiere que la Conselleria resuelva el lío porque los centros están haciendo mangas y capirotes para alcanzar el objetivo de la temperatura aireando las aulas.

El sindicato requiere los servicios jurídicos de Educación para que aclaren la jerarquía normativa. Además ha presentado una batería de preguntas al departamento de Martí March relacionadas con la prevención de la covid-19. Entre ellas, destaca el incremento inmediato del presupuesto de los centros para pagar los gastos extra de calefacción o que se comiencen a instalar los sistemas de purificación de aire y de ventilación forzada.

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La iniciativa sindical responde a la situación que están viviendo los colegios, en particular tras la vuelta al cole el lunes pasado, cuando los termómetros han alcanzado registros inusualmente bajos. O se hielan de frío o previenen los contagios de Covid-19, ese es el dilema al que se enfrentan. Hay testimonios gráficos de temperaturas de entre 6 y 10 grados, lo que supone 7 grados por debajo de lo que marca la prevención de riesgos laborales.

«El profesorado trabaja en condiciones ínfimas», denuncia Maria Camps, delegada del STEI. Añade que es un despropósito más de un curso que comenzó con especialistas haciendo de tutores, la eliminación de la atención a la diversidad y que el profesorado ya venía de hacer un sobreesfuerzo durante el confinamiento y las semanas posteriores simultaneando clases presenciales y en línea para que ningún alumno quedara desatendido. «No se ha multiplicado el número de profesores para atender la división de grupos. La temperatura es ahora un problema añadido», añade Camps, quien defiende la labor de los profesores, que considera que no está valorada como se merece.