El centro de enseñanza musical cuenta con cuarenta docentes, de los cuales solo cinco eran fijos en el curso que acaba de terminar

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El alto nivel general de interinidad de los centros educativos tiene en el Conservatorio Profesional de Música y Danza de Menorca un ejemplo extremo. De sus cuarenta docentes, solo cinco tienen plaza fija. Para aumentar esta cifra, las oposiciones de 2020 (celebradas este año) incluían diez vacantes del centro, pero el resultado no fue el esperado.

Solo dos plazas se han cubierto, un 20 por ciento de las convocadas. Muy lejos de lo sucedido en las otras islas. En el Conservatorio de Mallorca el porcentaje fue del 64 por ciento, del 50 por ciento en Eivissa. Las inscripciones a las oposiciones ya auguraban lo que acabó pasando. Se apuntaron inicialmente 17 personas para las pruebas de las cuatro especialidades con vacantes. Se acabaron presentando una docena. Aprobaron las dos citadas, una de Percusión y otra de Piano. En este último caso, de doce inscritos se presentaron finalmente siete docentes para seis plazas.

Uno de los principales motivos de esta baja participación en los exámenes es que una parte importante de los interinos que trabajan en el Conservatorio optan por no presentarse a las oposiciones una vez comprueban que, por el bajo volumen de inscripciones, su puesto de trabajo no peligra.Los que están en lo más alto de la lista de interinaje están tranquilos en este sentido. Además el interinaje les libra de ‘marrones’ como formar parte del equipo directivo y les permite más facilidades para cambiar de centro, si así lo estiman oportuno. Los recién anunciados cambios legales sobre esta figura laboral tampoco ayudan.

La directora del Conservatorio, María del Mar Vidal, comenta que, de facto, los interinos «tienen las mismas condiciones que los fijos con menos obligaciones», lo que desincentiva la participación en oposiciones. «El problema es que presenta muy poca gente». Explica que los pocos fijos que hay en el centro, que asumen de forma permanente los cargos directivos, «están cansados por la situación, son los primeros perjudicados», además de la continuidad del proyecto. Aún así, afirma, no suele haber problemas para empezar el curso con todas las plazas cubiertas.