Imagen del tejado inclinado donde el plan especial no permite la instalación de paneles fotovoltaicos. | Josep Bagur

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En apenas dos décadas el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico Artístico de Ciutadella, aprobado el 24 de abril de 1999, ha quedado desfasado en cuestiones que hoy son de primer orden. Es el caso de las promovidas energías limpias, tales como la fotovoltaica, cuya instalación en el casco antiguo choca de frente con la normativa.

El problema no existe cuando se trata de azoteas planas, pero si la instalación se proyecta sobre tejados inclinados y con tejas, surgen las dificultades. En el apartado de «Elementos autorizados sobre cubierta», el plan especial, redactado entonces sin la previsión de infraestructuras de autoconsumo, indica que, cuando se trate de cubiertas inclinadas, «solo podrán emerger sobre los planos de cubierta las chimeneas». Esto despeja cualquier posibilidad, no solo de placas solares, sino también de otros dispositivos, como por ejemplo, de aire acondicionado.

Norma desfasada

Esta es la situación en la que se encuentra un vecino del Carrer dels Gelosos, Joan Bagur, quien ha presentado ya dos proyectos al Ayuntamiento de Ciutadella para instalar seis paneles, para la producción de una potencia de 3,24 kWp. El primer proyecto preveía colocar las placas sobre su cubierta tejada. Tras su denegación, una segunda opción contemplaba dos placas sobre tejas y el resto sobre la uralita y un pequeño tramo plano. Tampoco recibió la autorización municipal, a pesar de que en los dos casos «la instalación no se veía desde la calle».

Actualmente, la empresa instaladora está elaborando un nuevo proyecto, el cual, esperan, sí sea autorizado por los técnicos municipales.

Para Joan Bagur, «el plan especial está totalmente desfasado, intentas apostar por las energías limpias, pero si tienes tejado, no te dan permiso». Y es que, recuerda, «la mayoría de viviendas del núcleo antiguo de Ciutadella tienen tejados inclinados». «No puede ser que nos basemos en leyes de hace veinte años, deben adaptarse a los cambios de vida», considera Bagur.

Desde el Ayuntamiento, el concejal de Urbanismo, José López, reconoce que el plan especial omite cuestiones que «entonces no eran previsibles, igual como sucede con los aparatos de aire acondicionado». Aun así, indica, deben ceñirse a la norma, por lo que «vamos buscando fórmulas para dar solución a cada problema que se nos presenta».

«Cada edificio del centro histórico tiene su ficha particular con su nivel de protección», y «en este caso, las tejas están protegidas», apunta López, quien asegura que «nos interesa encontrar el equilibrio entre patrimonio y energías renovables».

En cualquier caso, el responsable de Urbanismo indica que la revisión del plan especial «no está sobre la mesa ahora mismo; su tramitación es muy compleja». Además, asevera, «un nuevo plan especial tampoco garantiza más permisividad, podría incluso ser más restrictivo, porque Patrimonio seguiría teniendo la última palabra».

El apunte

«No se permiten placas solares pero sí antenas de telefonía sin permiso»

Estas denegaciones de autorizaciones para la instalación de «placas solares que no se ven desde la calle» chocan también con otras actuaciones que «sí son visibles». Es el caso de la antena de telefonía móvil que recientemente se ha instalado en lo alto de un inmueble de la Contramurada. «No tiene lógica que no permitan instalar placas solares planas, pero que una compañía telefónica pueda instalar antenas de 5G sin ningún permiso».

La asincronía entre la norma del plan especial y la modernidad también se ha hecho muy patente en Ciutadella en relación con la implantación de la fibra óptica. Ejemplos como estos van en línea opuesta al pretendido impulso por recuperar el uso residencial en el centro, para combatir su despoblación y la creciente apuesta por el extrarradio.