Parque eólico marino ubicado en Reino Unido, el Govern piensa en instalaciones mucho más pequeñas.

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El Govern quiere mirar hacia el mar para diversificar las fuentes de generación en su plan de descarbonización del sistema balear y cuenta con la fuerza y la constancia del viento que se registra frente a la costa menorquina como una de las grandes bazas para atraer inversores del sector de las llamadas tecnologías de generación offshore, y en concreto de la eólica marina, molinos de viento flotantes instalados a unos 20 kilómetros de la costa que en el camino de la transición energética permitan reducir el consumo de territorio que conlleva la implantación de parques fotovoltaicos.

La semana pasada una delegación de la Conselleria de Transición Energética participó en el Blue Forum de Rotterdam, encuentro sobre sostenibilidad energética en el sector marítimo, y pudo constatar el interés de empresas internacionales especializadas tanto en estudios técnicos sobre viabilidad de la producción e instalaciones necesarias para la implantación de molinos flotantes, como en su instalación. Todas con experiencia en proyectos similares en otros lugares del mundo y ya conscientes de que zonas como el noreste y suroeste de la Isla y el Canal de Menorca parecen ser las más adecuadas.

Ahora, la única

El director general de Energía y Cambio Climático del Govern, Pep Malagrava, explica a su regreso que «ya hemos cerrado algunas reuniones con inversores interesados en hacer un proyecto piloto en Balears como van a hacer en Canarias». Hay que tener en cuenta que el Ministerio para la Transición Ecológica marca en estos momentos solo el noreste de Menorca como el lugar donde se dan las condiciones idóneas de viento (véase el mapa). Es la única zona marina de Balears en la que se se supera una fuerza de viento sostenible de siete metros por segundo, el que hasta ahora se considera el umbral de viabilidad.

No obstante, Malagrava explica que desde el Govern han solicitado al Ministerio que revise esos parámetros por la aparición de avances tecnológicos que «podrían hacerlo viable a partir de seis». Eso haría que el mapa de viabilidad se extendiera a otras zonas de Balears, aunque siempre con las aguas menorquinas como las más atractivas siguiendo el criterio de la fuerza del viento. No es el único que el Govern quiere tener en cuenta: «Nos preocupa que no haya afectación a la posidonia y que sea viable el cableado hasta la costa. No lo haremos de cualquier forma, debe haber antes un proceso de conceptualización», explica.

Para ello recaman al Ministerio que los nuevos planes de ordenación del espacio marítimo, que están en fase de información pública, establezcan no solo un criterio de fuerza de viento más laxo, sino también que señalen zonas de aptitud que tengan en cuenta también otros factores como la presencia de posidonia, los corredores de cetáceos. El objetivo, que los inversores vengan con garantías de que podrán ejecutar los proyectos.