Algunos productores crían el pavo autóctono menorquín, especie que peligra si no se puede comercializar | Semilla

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El Servicio de Seguridad Alimentaria de la Conselleria balear de Salud y Consumo reconoce que el matadero de Ciutadella cuenta con la autorización para el sacrificio de pavos. Sin embargo, este permiso no es realmente efectivo, al no cumplirse  «requisitos relativos a la protección de los animales en el momento de la muerte para aves de corral» regulados por la normativa local y también de la Unión Europea.

La concejala responsable del matadero municipal, Sandra Moll, requirió a la Dirección General de Salud Pública que informase sobre las posibilidades de llevar a cabo el sacrificio de pavos para esta campaña de Navidad. Fue, atendiendo a las reclamaciones expresadas por los criadores de estas aves, al aproximarse la época de venta de los ejemplares para su consumo.

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El informe

La autorización está sujeta al cumplimiento de una serie de condiciones. El «operador del matadero» debe presentar una «memoria explicativa sobre cómo se realizará el aturdimiento y el sacrificio» y de un «documento normalizado de trabajo que cumpla los requisitos de bienestar animal y de higiene de sacrificio» de acuerdo a la normativa vigente.

Es imprescindible contar con un tanque de agua  para el aturdimiento, con electrodos en el fondo y cuya profundidad permita sumergir de forma correcta, hasta las alas, cada animal. Además, estos deberán estar suspendidos, por las patas, de unos ganchos acordes a las dimensiones de los pavos, para evitar dolor en los animales. Tal como advirtió este jueves Sandra Moll, esto se puede plantear, pero será ya de cara al año que viene.