El arquitecto Jordi Pons Mercadal, encargado de pronunciar la conferencia de Sant Antoni. | Katerina Pu

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El acto institucional de la Diada del Poble de Menorca ha regresado, tras dos años de ausencia, a su escenario habitual, el salón del Ayuntamiento de Ciutadella. Inmueble este que, además, fue el principal protagonista de la conferencia, titulada «Cases Consistorials de Ciutadella de Menorca: Un relat arquitectónic». Una lección de cómo se construye la historia desde la perspectiva de un experto en la materia como Jordi Pons Mercadal, con más de 700 proyectos de edificación y dirección de obras a sus espaldas.

El arquitecto menorquín, responsable también de diferentes actuaciones en el campo de la restauración y rehabilitación del patrimonio del Obispado de Menorca, se dirigió al público para ilustrarlo sobre la historia de las Casas Consistoriales con motivo de las obras de rehabilitación que durante los dos últimos años se vienen desarrollando en el Bastió del Governador y el Reial Alcàsser. Advirtió que «no soy ningún experto en Historia», pero hizo gala de conocerla a través de una intervención ampliamente documentada.

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Arrancó su discurso recalcando su convencimiento de que «la arquitectura, por esencia, es el arte más ligado a la tierra y, por tanto, el que mejor recoge el eco del alma histórica de un territorio».Afirmación realizada desde la amplia experiencia que tiene acumulada en el ejercicio de una profesión que en su día le llevó también a ser el autor de la parte arquitectónica del Catálogo de Protección de Patrimonio Histórico de Ciutadella.

Pons recurrió a las palabras    de Fernando Chueca Goitia, un referente ineludible en la arquitectura española del siglo XX además de ensayista, quien en su día argumentó que la arquitectura es historia e intrahistoria en sí misma «dentro de un mundo regido por dos principios, mutabilidad y permanencia». Planteamiento que sirvió al conferenciante para armar una intervención en la que habló de «los cambios acelerados de nuestros tiempos» y recordó como las ciudades son «organismos dinámicos que se transforman continuamente». A su juicio, un simple ejercicio de observación, permite comprobar como «casi todo en nuestra civilización ha cambiado más en los últimos 200 años que en los 2.000 anteriores».

En contraposición, el elemento de permanencia es esencial    «para conocer nuestra identidad», aseguró. Y tomando como referente el ejemplo del Reial Alcàsser como construcción emblemática que resiste el paso del tiempo, hizo un repaso a su transformación desde la época romana que se intuye hasta nuestros días, pasando por las etapas islámica y cristiana hasta la historia más reciente. Esa comenzó a escribirse con un proyecto redactado en 1981 y que ahora entra en su recta final. «Una actuación que representa un gran paso adelante en la dirección hacia el alargamiento deseado de crear un itinerario que, desde el Born al Bastió, nos permita contemplar mil años de historia en un espacio único». Proyecto que tendrá continuidad hasta el teatro y que a juicio del conferenciante podría ser «un primer paso dentro del plan de recuperación de la Plaça des Born para los viandantes iniciado por el Ayuntamiento».