Fayas propone la construcción de una desaladora en la zona de Llevant | R.L.

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El Ateneu de Maó acoge esta tarde (19.30 horas) una tertulia con José Antonio Fayas, ingeniero de caminos, canales y puertos, quien, como especialista en materia hidráulica, hablará de lo vital que es aplicar, desde ya —y ya con cierto retraso—, medidas para garantizar el abastecimiento de agua y recuperar los maltrechos acuíferos. Una cuestión fundamental que, critica, es desatendida por el Govern y su dirección general de Recursos Hídricos, que «no prevé destinar ni un euro de inversión hasta 2027, para garantizar el abastecimiento de agua potable».

Tiene claro José Antonio Fayas que la situación es todavía reversible. Eso sí, «¡hay que actuar ya!», porque, asegura, «tenemos el toro en el trasero» y «cómo tengamos dos o tres años seguidos de sequía, que es una realidad física por nuestro clima mediterráneo, tendremos serios problemas con el abastecimiento de agua».

El ingeniero de Maó basa su análisis en hechos como «la bajada general de los niveles de los acuíferos de 1985 a 2000, que provocó una importante intrusión de agua marina». Y aunque, «según los datos del plan hidrológico desde entonces hasta hoy, los niveles están bastante estables», es muy cierto que el futuro es amenazador. «El consumo es muy importante, en    verano, es insostenible», mantiene Fayas, quien recuerda como «el alcalde de Maó llamó al consumo responsable» la temporada pasada. Porque si los habitantes de la Isla hacen un «consumo razonable de 100 o,    máximo, 120 litros de agua al día», en la campaña estival «se dispara con registros de hasta 1.000 litros por habitante y día».

Ante esto, lamenta el expresidente del Ateneu que, mientras el Govern sí hace ciertas inversiones en Menorca para la depuración de aguas residuales, «no lo hace para garantizar el abastecimiento, en la red pública de distribución de agua potable, es como si les dijera a los alcaldes: ¡Ya os apañaréis!». Mientras, compara, «en Mallorca se encarga de conducciones de Sa Costera o Llubí hasta Palma, o gestiona tres desaladoras en Eivissa, aquí solo se encarga de la de Ciutadella», a través de Abaqua (Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental). «La dirección general de Recursos Hídricos no tiene, para Menorca, un plan para la red de abastecimiento, mientras en Maó hay que extraer agua a más profundidad».

«El panorama no es optimista», de ahí que, «a pesar de que es cierto que el Consell no tiene competencias sobre el agua, nada le impide que pueda pinchar al Govern, diciéndole lo que quiere». Porque «es la hora de activarlo».

Acciones factibles

Esta situación delicada de los acuíferos, que no ofrecen todas las garantías en los meses punta de consumo, precisa de acciones en varios sentidos, según el especialista. Para empezar, incidiendo en un consumo más responsable por parte de la población, por ejemplo, y teniendo en cuenta lo barata que se paga el agua, con unas «tarifas disuasorias, con tramos que animen a ir con más cuidado». O con normas municipales, condicionando las «licencias para la construcción de chalés a la obligación de recoger el agua de lluvia de los tejados,    instalar depósitos y prohibir el césped o jardines tropicales. Eso lo pueden hacer».

Esto debería ir acompañado de acciones decididas por parte de «la administración competente», es decir, el Govern, para «mejorar las infraestructuras de abastecimiento», con mejores canalizaciones o estaciones de bombeo, o «evitando el vertido del agua que se depura y que va al mar». Y es que «solo habría que invertir un poco más, para que las aguas regeneradas se puedan reutilizar». Además, hoy en día «hay tecnología suficiente para que el agua sea potable y se pueda inyectar en los acuíferos», por lo que esta sería otra medida a considerar, eso sí, con «todos los estudios previos necesarios y asegurándose muy bien». De hecho, «es viable y en Sant Lluís se está haciendo una prueba a pequeña escala».

Ante la «falta de inversiones en Menorca en el plan hidrológico que está a punto de publicarse», opina Fayas que «hay que poner sobre la mesa un plan serio», ya que «estamos viendo las orejas al lobo».

Una inversión que podría ser interesante sería una desaladora en la zona de llevant. Unas instalaciones que «no gozan de muy buena prensa, porque devuelven al mar la mitad del agua y con más sal, y por su consumo eléctrico». Sin embargo, «esto cae por su propio peso: una familia de cuatro personas, con dos aparatos de aire acondicionado, gasta en solo una hora, la misma electricidad que consume una desaladora para generar el 100 por cien del agua que consume en todo el día esa familia».

Todas estas infraestructuras no se levantan «de un día para otro». Un proyecto para lograr una regeneración importante del agua, que incluya la recuperación e infiltración en los acuíferos, podría requerir «de diez a quince años». Por eso, «mientras no se pueda tener, sería interesante construir una desaladora temporal, que tiene una vida útil de quince años, que permitiría estar tranquilos hasta entonces, en cuanto al abastecimiento de agua», concluye Fayas.