Martín Mata (izquierda), en la reciente presentación de las boyas sostenibles que la Asociación Leader entregó, días atrás en Fornells | Josep Bagur Gomila

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Martín Mata Goñalons, quien ostentaba el cargo de vicepresidente de la Cofradía de Pescadores de Maó, asume la presidencia de la entidad una vez se ha producido la dimisión de Pito Quintana. Un relevo que se prolongará hasta el mes de octubre, cuando se prevé que se celebren elecciones para renovar la directiva.

La renuncia de Quintana se produjo semanas atrás, por motivos personales, después de una larga trayectoria, en varias etapas, al frente de la cofradía. El propio empresario explicaba este martes que, «con 75 años, me parecía que era la hora de dejarlo», teniendo en cuenta que «los dos últimos mandatos fui presidente porque nadie más quería serlo».

El paso a un lado de Quintana llega siendo éste consciente del   «buen» relevo que supone Mata, con quien trabajó en la junta.

Por su parte, Martín Mata parte con la idea de no postularse a la presidencia en octubre, «pero tampoco lo descarto». Y es que, lamenta, el sector no está muy boyante, «no hay relevo generacional» y es difícil encontrar a gente dispuesta a encabezar la cofradía.

Barca ‘del bou’ parada

La difícil situación del sector pesquero se demuestra con el escaso número de embarcaciones de artes menores que siguen en activo, un total de 38, aunque son pocas las que faenan todo el año. Lo mismo ocurre con las barcas de arrastre que, por norma, se ven obligadas a parar.

Precisamente, una de las barques del bou con base en Maó, la «Pito Quintana F», lleva parada desde finales del año pasado. Es su armador, el expresidente de la cofradía de llevant, quien reconocía que, actualmente, es muy complejo mantener la actividad. «Esta pesca está sentenciada, la quieren eliminar y todo son pegas» por parte de la Administración y la creciente burocracia que impone. Y no sólo eso. «Encontrar tripulaciones es un problema», asegura Quintana, quien no obstante ha llegado a un acuerdo con «una empresa de Ciutadella» para «la cesión de la barca» y que pueda volver a faenar. «En una o dos semanas podrán empezar a trabajar», aseguró su propietario.