Balas de paja cubiertas con plástico rosa en el campo menorquín. | Gemma Andreu

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Diversas fincas de Menorca se han unido en la investigación contra el cáncer de mama, cubriendo las balas de paja con un plástico rosa. El sector primario de la Isla ha llevado a cabo esta acción para solidarizarse en la lucha de la investigación y dar visibilidad a la enfermedad. Las balas de paja tradicionalmente han estado cubiertas por un plástico blanco, negro o verde.

Para cada plástico han pagado un euro de sobrecoste, cantidad que se destina a la lucha contra el cáncer de mama. La secretaria general de Unió de Pagesos, Margalida Llambias, ha enfatizado la importancia de adherirse a iniciativas como esta.

«La cooperativa de Sant Bartomeu de Ferreries es la que se ha sumado y el éxito ha sido rotundo, apoyando una causa loable y las estamos viendo por toda la Isla, y representa una imagen muy potente», ha destacad. Es la primera vez que se realiza esta acción en Menorca, nacida en Nueva Zelanda y que llegó en 2019 a Cantabria.