El chef José Luis Ruesca selecciona dos langostas de la piscina del restaurante S’Amarador | Josep Bagur Gomila

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Las capturas de langosta han caído un 18 por ciento en lo que llevamos de temporada en comparación con el mismo periodo del año anterior. Las distintas cofradías de pescadores de Menorca relacionan esta caída directamente con la nueva restricción que afecta de lleno a la pesca profesional de la Isla, una normativa que establece la reducción del tiempo de calado de los trasmallos dedicados a la captura de langosta de 48 a 24 horas. «Lo hemos notado muchísimo», lamenta Óscar Sans, secretario de la Cofradía de Pescadores de Fornells, refiriéndose a ese máximo de 24 horas continuadas en el mar que pueden estar calados los trasmallos dedicados a la captura de langosta.

Desde la apertura de la veda de la langosta el pasado 1 de abril hasta el 28 de junio, los pescadores de Fornells han capturado 3.642 kilos de langosta, cuando en el mismo periodo del año anterior registraron 4.703 kilos de este producto estrella de la gastronomía de Menorca que acostumbra a ser insuficiente para cubrir la demanda del verano. En la Cofradía de Pescadores de Maó, donde cuatro de las siete barcas se dedican a la captura de langosta, los datos también van a la baja. Si bien hasta finales de junio de 2022 se registraron 845 kilos de langosta, 86 más que los anotados en 2021, en el mismo periodo de 2023 solo se han capturado 686 kilos de esta especie de crustáceo. «La caída es en picado», valora Martí Mata, presidente de la Cofradía de Pescadores de Maó, quien advierte que hasta el 31 de agosto, fecha con la que acaba la temporada de langosta, no se podrá hacer el balance definitivo.

En Ponent, el desplome de producto también es significativo. En la relación de capturas de la Cofradía de Pescadores de Ciutadella, la pesca de langosta ha bajado más de 500 kilos. Los 4.708 kilos registrados hasta el 28 de junio de 2022 han descendido hasta los 4.135 kilos en el mismo periodo de 2023. «A la reducción del tiempo de calado de los trasmallos se suman días de mal tiempo», reconoce Xavier Marquès, presidente de la Cofradía de Pescadores de Ciutadella.

La gamba roja, estable

Las capturas de gamba roja, otro de los productos estrella que da el mar de Menorca, se mantienen estables, según los pescadores de Maó y Ciutadella. Si bien hace tres años hablaban de «crisis» porque la gamba roja no aparecía, ahora confirman que las capturas han subido. En Maó han pasado de los 13.312 a los 14.725 kilos en un año, mientras en Ciutadella han pasado de los 9.370 a los 11.306 kilos.

Xavier Marquès, cofradía de Ciutadella: «Ir al mar es una aventura, no puedes esperar nada»

La reducción del tiempo de calado de los trasmallos dedicados a la captura de langosta ha influido en la menor disponibilidad de este producto estrella. Xavier Marquès, presidente de la Cofradía de Pescadores de Ciutadella, asegura que a este factor determinante se añaden otros como la meteorología desfavorable, el cambio climático o la contaminación marina, que influyen en el desplome de recursos pesqueros en general. «Ir al mar es una aventura, no puedes esperar nada», concluye, y lamenta que la suma de restricciones a la pesca profesional no atrae a las nuevas generaciones y que el relevo en el gremio se complica cada vez más.

Martí Mata, cofradía de Maó: «Salimos para pescar, no para hacer contrabando»

El presidente de la Cofradía de Pescadores de Maó, Martí Mata, recuerda que hace décadas «había setenta barcas y un secretario era suficiente para hacer todo el papeleo», ahora, resalta, «solo hay siete barcas y dos secretarios que no dan abasto para preparar toda la documentación» que les reclaman y que tienen que presentar con cada nueva restricción y medida reguladora. Entiende que haya una regulación de la actividad, pero no que «nunca haya buenas noticias y siempre implique pérdidas para nosotros». Defiende que constituyen un «negocio pequeño» y que «salimos al mar para pescar, no para hacer contrabando».

Óscar Sans, cofradía de Fornells: «Las 24 horas de calado las hemos notado muchísimo»

La nueva normativa que establece un tiempo máximo de 24 horas continuadas levantó ampollas en el sector pesquero de la Isla cuando se anunció y, especialmente, en el conjunto de pescadores que trabajan en Fornells. Los pescadores de artes menores viven de la captura de las langostas durante cinco meses y la reducción del tiempo de calado implica una reducción en el número de ejemplares pescados. «Las 24 horas de calado las hemos notado muchísimo», asegura Óscar Sans, secretario de la Cofradía de Pescadores de Fornells. La langosta ha sido la gran pérdida, ya que el resto de especies capturadas se mantienen más o menos igual.

El apunte

El sector pesquero achaca a «factores externos» la reducción de producto

El sector pesquero de Menorca achaca a «factores externos» la reducción de capturas no solo de langostas, sino también del resto de especies. Desde las distintas cofradías de pescadores de la Isla alegan que en la menor disponibilidad de producto influyen el cambio climático y la contaminación marina, en ningún caso la sobreexplotación pesquera porque hay pocas barcas que faenan.

En Fornells, de enero a junio, se han pesado 10.654 kilos en total, cuando en el mismo periodo del año pasado se registraron 11.860 kilos. La diferencia la protagoniza la caída en la captura de langosta por la reducción del tiempo de calado, destaca Óscar Sans, secretario de la Cofradía de Pescadores de Fornells.

En Maó, la diferencia es más significativa, ya que el total de capturas ha bajado de los 86.549    a los 75.050 kilos. Insiste Martí Mata, presidente de la Cofradía de Pescadores de Maó, en que en el número de ejemplares capturados influyen no solo esos «factores externos» como el cambio climático y la contaminación marina, sino también las «trabas burocráticas» que suponen barreras en el desarrollo de su trabajo.

En Ponent, en cambio, hay una ligera subida, al pasar de 54.218 kilos a 56.614 kilos. El presidente de la Cofradía de Pescadores de Ciutadella, Xavier Marquès, destaca la recuperación de la gamba roja y que este año han capturado más de tamaño pequeño. Aun así, subraya que «cada vez somos menos pescadores y habrá menos pescado para vender».