Viñeta de Zaca sobre el caso de la asociación Baladí

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Las grandes cantidades de dinero que la Asociación Cultural Baladí recibía principalmente para la organización de festivales de danza oriental generaban una enorme extrañeza en el mundo cultural menorquín. Voces de este sector calificaban ayer de «desorbitadas» las ayudas públicas que recibía la bailarina V. J. S. de las administraciones para unos eventos cuyo coste se estima que estaba muy por debajo de los presupuestos presentados para acceder a las convocatorias de ayudas.

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De hecho las mismas fuentes señalan que esa extrañeza, que había sido comentada entre diversas entidades culturales de la Isla, ya fue trasladada al exconseller de Cultura, Miquel Àngel Maria, antes de que se conociera que esa entidad de danza oriental estaba siendo investigada por la Fiscalía Anticorrupción. De hecho, a pesar que las principales subvenciones que recibía la Asociación Cultural Baladí provenían del Consell, tuvo que ser otro de los organismos públicos que habían concedido soporte económico a esta entidad, el Institut d’Estudis Baleàrics (IEB), dependiente del Govern, el que, a raíz del caso similar del saxofonista Ramón Pérez Vila, iniciara la revisión de expedientes. Indagaciones que finalmente desembocaron en una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción y en la apertura de un proceso judicial.

Personas conocedoras del coste de la organización de este tipo de eventos señalaban ayer que «las cosas no cuadraban» y subrayaban que en algunos años la entidad se situaba entre las más dopadas económicamente de la Isla a pesar de la baja calidad de los espectáculos que ofrecía, festivales supuestamente internacionales en los que apenas había presencia de profesores de fuera de nuestras fronteras y en los que se cobraba por participar en los talleres y en las galas.