Es ya una costumbre entre los alumnos de los institutos sacar el móvil cuando terminan las clases para ponerse al día | Josep Bagur Gomila

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Por una adolescencia libre de móvil. Es el lema que defienden centenares de padres y madres de Menorca y el resto de Balears, para retrasar la edad en la que los jóvenes reciben su primer teléfono inteligente. En estos días, con la creación de un grupo de WhatsApp que ya ha migrado a Telegram por sobrepasar el máximo de participantes permitidos (1.000 personas), las familias implicadas han avivado el debate sobre la costumbre, cada vez más extendida, de que los menores tengan móvil a los 11 o 12 años, coincidiendo con el inicio de la Secundaria. Es un tema que les preocupa y que ya han trasladado a varios centros educativos de la Isla, para desvincular de la primera adolescencia los smartphones y asegurar que las escuelas e institutos son espacios libres de móviles.

La mayoría de reglamentos internos de los centros educativos de llevant a ponent ya vetan el uso de los teléfonos inteligentes y algunos, incluso, van más allá y directamente prohíben que los alumnos traigan consigo estos dispositivos. En el IES Josep Miquel Guàrdia de Alaior, por ejemplo, usar y llevar el móvil encima no está permitido desde el año 2017. «Somos conscientes de que la gran mayoría lleva el smartphone encima, pero si lo vemos, lo requisamos y sancionamos al estudiante», explica Margarita Genestar, directora del centro. Lo mismo ocurre en el IES Josep Maria Quadrado, donde también está prohibido entrar al centro con el móvil salvo en casos muy excepcionales, en los que es necesario contar con las autorizaciones de las familias. «En las juntas de delegados se ha pedido que se levantara esta norma, pero pensamos que los jóvenes están muy pegados a los teléfonos y queremos que el centro sea un espacio libre de móviles», defiende Miquel Àngel Casasnovas, director del instituto de Ciutadella.

Esta misma línea es la que siguen los centros concertados en los que se imparte la ESO (Educación Secundaria Obligatoria). En los colegios Sant Josep y Cor de Maria, de Maó, no está permitido llevar el móvil encima y, menos aún, usarlo. En el caso del colegio Nostra Senyora de la Consolació, de Ciutadella, la directora del centro, Cristina Martí, indica que los alumnos no pueden llevar consigo el teléfono «para evitar conflictos» y que es una norma que los estudiantes acatan sin grandes inconvenientes, como también ocurre en el colegio Sant Francesc d’Assís, de Ferreries. Aquí, el director de la institución, Joan Pons, asegura que «nunca se ha permitido el uso del móvil en el centro y los alumnos tienen claro que no pueden traerlo».

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De ahí a que cumplan con la norma es otra cosa. «No podemos rastrear a los estudiantes, debemos confiar en su palabra, pero si vemos o escuchamos el ruido de los smartphones, los requisamos y avisamos a las familias para que vengan a buscarlos y sean conscientes de que sus hijos han usado el teléfono cuando no tocaba», afirma Pons. Aun así, las incidencias son mínimas porque, como pasa en La Salle de Alaior, el alumnado tiene muy interiorizado el reglamento del colegio. Tampoco genera grandes problemas esta normativa en La Salle de Maó, donde el director del centro, Jorge Díaz, expone que transmiten la importancia de hacer un uso responsable de los dispositivos.

Presión de las familias

Pese a eso, reconoce que reciben presión de familias y que están en plena actualización del plan digital y del uso de las pantallas en el colegio. «Lo primero que hacen los estudiantes al salir de clase es, casi sin darse cuenta, sacar el teléfono y mirarlo para ponerse al día», lamenta. En el IES Pasqual Calbó i Caldés, de Maó, el equipo directivo también ha recibido correos de familias preocupadas por esta cuestión. Aquí, detallan, está prohibido el uso del móvil para los alumnos de primero y segundo de ESO, mientras que está permitido para los estudiantes a partir de tercero de ESO, aunque solo en el patio y en zonas exteriores.

En el IES Biel Martí, de Ferreries, han endurecido el control del uso del teléfono, porque «hemos detectado un mal uso y abuso del móvil fuera del centro que genera conflictos en el instituto», apunta la directora, Joana Fullana. En otros, como el IES Maria Àngels Cardona, apuestan por fomentar el uso adecuado y seguro de los smartphones. Pero esto no es suficiente para las familias, que piden que el veto a los móviles en los centros se convierta en una norma autonómica.

El apunte

‘Revisteros’ para dejar el móvil al comenzar la clase en la Escola d’Art

Mientras en la mayoría de institutos y colegios en los que se imparte la ESO está prohibido el uso del móvil e incumplir la norma puede suponer, en casos extremos, la expulsión del alumno durante un día; en otros centros educativos, como la Escola d’Art, se las ingenian para no obligar a los estudiantes a no usar el móvil en clase. Para ello se valen de ‘revisteros’ numerados para invitar a los alumnos a dejar los móviles    al comenzar la clase. Una tradición bien recibida, indica el director del centro, Javier Delgado, que está surtiendo efecto.