Instalaciones de Sant Climent donde se debe ubicar la segunda planta desnitrificadora. | ARCHIVO

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El comienzo de los trabajos de construcción de la segunda planta desnitrificadora de Maó, así como las actuaciones de mejora en el pozo de Turó, están pendientes de la emisión de sendos informes por parte del departamento de Sanidad del Govern balear. De este modo, se demoran las principales acciones previstas en estos momentos para mejorar la calidad del suministro de agua potable en el municipio, uno de los problemas más acuciantes a los que debe plantar cara desde hace años el Consistorio mahonés.

Las obras de construcción e instalación de la planta desnitrificadora en el pozo de Sant Climent se encargaron a la empresa Ingeniería de Obras Zaragoza SL, una adjudicación que se formalizó a mediados de septiembre por un importe de 378.000 euros. El plazo para la construcción de la instalación es de cuatro meses desde el acta de replanteo. No obstante, desde el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Maó explican que el plazo no ha empezado a correr porque requieren de un informe de Sanidad que no ha llegado todavía, a pesar de que lleva ya bastante tiempo solicitado.

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La desnitrificadora debe ser una solución para que el agua que sale del grifo sea potable para más residentes en el municipio. La planta de Jardins de Malbúger ya abastece a la mitad, aproximadamente, de la ciudad y ahora se pretende dar un nuevo empujón en este sentido. El alcalde Héctor Pons no descartó que sea necesaria en el futuro una tercera para atender las puntas de demanda que se producen en los meses de verano.

El pozo de Turó

Otra actuación pendiente en cuanto a infraestructuras hídricas de Maó es la reparación del pozo de Turó, que cuenta con un proyecto redactado y una dotación económica de 250.000 euros. En este caso, también la licitación está pendiente del visto bueno de Sanidad, afirma el Consistorio. La actuación se aprovechará para la instalación de placas fotovoltaicas en este espacio.

El apunte

Por encima de los 60 miligramos por litro donde no hay tratamiento

La presencia de nitratos en el agua de consumo de Maó es una constante en los últimos tiempos. La entrada en funcionamiento de la planta desnitrificadora ha permitido que el agua de la red de Malbúger se haya estabilizado en los últimos años por debajo de los 50 miligramos por litro, el máximo permitido para que se considere potable.

En la otra gran red del municipio, Turó, los últimos análisis publicados en la página web del Ayuntamiento de Maó indican que estaba en octubre en 61,3 miligramos por litro. En agosto rozó los 64 miligramos y el mínimo de este año está ligeramente por encima de la barrera de los 50.

El pozo de Sant Climent se mueve al límite del medio centenar de miligramos, con meses en que el agua es potable y otros que no. El depósito que suministra a las urbanizaciones superaba también los 60 miligramos en octubre.