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La Associació de Veïns de Sa Colàrsega solicitan al Ayuntamiento de Ciutadella que se habiliten salas para velatorios en los dos cementerios municipales de la ciudad. Una demanda que hacen para poder despedir, con cuerpo presente, a los finados, hasta que se celebra el entierro, y que las familias puedan recibir el calor de sus amistades en estos momentos difíciles.

La reivindicación incide en la precipitación que, por cuestiones sanitarias, rodea lo relativo a la muerte. Cuando ocurre, «se llevan el cadáver a las instalaciones del cementerio y allá lo dejan 48 horas, todo precipitado, como si no tuviera a nadie». Así, «sin tener la oportunidad de que se despidan los familiares y amigos, sin prisas, compartiendo los últimos momentos». Algo que consideran «muy frío» y hasta «desconsiderado», apuntaba ayer el presidente de la entidad, Esteban Olivé, quien recientemente reclamó este servicio y fue informado por la funeraria de que no existía en Ciutadella un espacio habilitado, como tal, a este fin.

La realidad en ponent es que únicamente el cementerio nuevo dispone de tanatorio, entendido como un espacio de reunión para acompañar a las familias de los finados. Y aunque, como explica la concejal responsable de cementerios, Maria Àngels Torres, «sí que existe una sala donde puede estar el cuerpo presente y lo pueden ver», también es cierto que no cuenta con el túmulo que suele ser habitual en los tanatorios.

Es ahí donde radica la petición de la entidad vecinal, que reclama un espacio, con temperatura adecuada para la conservación del cuerpo y apta para visitas.

Habrá túmulo

La situación del cementerio antiguo es distinta, puesto que, dado a su antigüedad y falta de espacio, no cuenta con tanatorio. De hecho, el Ayuntamiento anunció semanas atrás las mejoras que se van a hacer en los próximos meses, precisamente, para habilitar estas dependencias. Así, se instalarán dos cámaras frigoríficas más, que se suman a las dos ya existentes, y se dispondrá «una sala para velatorios, con un túmulo», como viene a demandar la asociación de vecinos.

Torres expone que lo más tradicional en Menorca era celebrar los velatorios en los domicilios particulares, pero también que eso «está cambiando». De hecho, en 2023 se realizaron una treintena de servicios funerarios en el cementerio del Camí Vell. Por eso, ante las nuevas demandas, «todo se puede estudiar, se puede hablar y tratar de resolverlo», concluye la edil.