Visita guiada a los monumentos talayóticos de Rafal Rubí. | Archivo

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Las navetas de Rafal Rubí no se trasladarán para mantener el puente a medias de la carretera general y se quedarán donde están. Se trata de la noticia falsa que ha elaborado «Es Diari» a conciencia con motivo del Dia d'enganar que se celebra el 1 de abril. Un año más, la edición impresa de este diario se ha sumado a esta tradición iniciada en el siglo XVIII que se celebra en la Isla con inocentadas, bromas, chanzas y chascarrillos.

A continuación, la noticia falsa que preparamos de manera íntegra:

El Consell de Menorca ha encontrado la forma de mantener el puente inacabado de Rafal Rubí de la carretera general sin afectar a la declaración de Patrimonio Mundial de la Menorca Talayótica. Las dos navetas que levantaron los talayóticos van a ser desmontadas pieza a pieza para ser montadas en otras ubicaciones, que todavía no se han decidido.

La solución a Rafal Rubí es el principal tema pendiente para poder completar la reforma del tramo Maó-Alaior de la carretera general. Por eso, urge desarrollar una actuación que no demore por más tiempo las obras.

La propuesta de desmontar las navetas la planteó hace dos semanas el conseller de Movilidad, Juan Manuel Delgado. El debate en el seno del Consell ha sido intenso. El conseller Simón Gornés se opuso al principio. De hecho, fue él como arqueólogo quien organizó y puso en marcha las visitas turísticas a esta zona arqueológica. Los propietarios del agroturismo de Rafal Rubí, Diane y Carles de Mortemart, deben autorizar el desmontaje de las navetas, que están en su propiedad y están dispuestos a llegar a los tribunales para evitarlo. El Consell intenta firmar un convenio, que podría incluir una compensación económica.

El expresidente de Icomos

Icomos es la entidad que informó el proyecto de la declaración de Patrimonio Mundial de la Menorca Talayótica. Una jugada maestra del Consell ha sido contratar al expresidente nacional de este organismo internacional, Jordi Tresserras, para llevar a cabo el estudio para desmontar las navetas y reconstruirlas en otras ubicaciones. Este diario tuvo conocimiento hace semanas de la contratación de Tresserras por parte del Consell; sin embargo, el conseller Delgado daba largas para confirmar esta noticia. Finalmente, se ha sabido que su contratación no pretende informar sobre la compatibilidad de las navetas y el puente de Rafal Rubí, sino la elaboración del proyecto para un cambio de ubicación de los bienes arqueológicos con garantías para la buena conservación de este patrimonio.

Un proceso lento y complicado

El proceso para trasladar las dos navetas no es sencillo ni rápido, si ha de cumplir con todas las condiciones de respeto al patrimonio. Además de una planimetría básica, hay que documentar cada una de las piedras, tanto desde el exterior como del interior y numerarlas. El problema es que hay piedras que no son visibles desde ninguno de los dos lados y hay que completar la documentación técnica mientras se desmonta el monumento. Además, durante el proceso puede darse algún descubrimiento de interés.

Una de las dos navetas de Rafal Rubí. | Gemma Andreu

Monumentos desplazados

No serán los primeros monumentos que se desplazan del lugar donde se levantaron. Uno de los más famosos es Abu Simbel, en Egipto, en 1968, cuando se construyó la presa de Asuán. Otros monumentos se han traslado de país. El templo de Debod, por ejemplo, se desmontó en Egipto y se montó en el parque del Oeste de Madrid en 1970. En el Metropolitan de Estados Unidos se encuentran siete claustros de monasterios europeos cuyo traslado pagó    Rockefeller en 1930.

Apoyos y críticas

Desde el equipo de gobierno de Adolfo Vilafranca están convencidos de las bondades de la idea. Incluso el conseller y arqueólogo Simón Gornés ha acabado apoyándola. Él mismo la ha explicado esta semana a colectivos del ámbito de la cultura y la arquitectura. Uno de los argumentos es que una vez desmontadas las navetas, que son de la edad del bronce medio o final y que no están completas, se podrán reconstruir enteras y utilizarse para promocionar la cultura talayótica en puntos estratégicos. Pero Gornés ha convencido a muy pocos.

El Colegio de Arquitectos y el Ateneu de Maó, que se manifestaron en su día en contra del puente de Rafal Rubí, no están de acuerdo con el traslado. Coinciden en que los monumentos no    se definen solo por el propio elemento, sino por la zona donde se ubican. «No se trata solo de una construcción histórica, sino del paisaje del que forma parte». Ha declarado Enric Taltavull, presidente de los arquitectos. En cambio, el futuro presidente científico del IME, Josep Maria Quintana, considera que hay un patrimonio tan amplio que se pueden contemplar acciones para su promoción. Por su parte, Miquel Camps, del GOB, advierte que en los últimos meses se han producido suficientes decisiones sobre la carretera, que hay motivos para recuperar la protesta social en contra de las mega estructuras. «Ya no se destruye el territorio, ahora también los bienes talayóticos», ha declarado.

El apunte

Podrían ubicarse en el Llatzeret y en una zona del aeropuerto

¿Cuál va a ser el destino de las dos navetas de Rafal Rubí? Una de las decisiones que va a anunciar el presidente del Consell, Adolfo Vilafranca, es la cesión de estos bienes al departamento de Promoción Turística. Ya se hizo así con el Llatzeret. De esta forma se manifiesta la voluntad política sobre el uso de los monumentos.

Begoña Mercadal es la titular de esta dirección insular. No ha podido evitar su entusiasmo en las declaraciones a «Es Diari», incluso ha puesto dos ejemplos de destinos hipotéticos de las navetas. Uno sería el propio Llatzeret, quizás en un punto del recinto exterior, para que todas las personas que visitan el lazareto o que llegan en barco al puerto de Maó puedan admirar un monumento talayótico. A su lado se podría colocar un enorme cartel explicando que forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco.

Otra ubicación posible es la plataforma donde aparcan los aviones tras aterrizar. La filosofía es la misma: que los visitantes que llegan en avión, al tocar tierra, puedan descubrir un elemento de la cultura talayótica. Estas ideas se relacionan con el dicho sobre Mahoma, que si no va a la montaña, la montaña va a Mahoma. Se reconoce que los monumentos no están a la vista y que acercarlos a los visitantes es una buena idea.    En ese sentido, Rafal Rubí es una oportunidad.

Begoña Mercadal tiene una excelente relación con Luis Alejandre, presidente de la Fundación Isla del Hospital-Isla del Rey. Ya han acordado que los voluntarios que han devuelto la vida a la Illa del Rei colaborarán para desmontar las navetas piedra a piedra. Hacerlo a mano, sin maquinaria pesada, sería ideal, pero la avanzada edad de la mayoría de voluntarios no lo recomienda y sería difícil que una compañía de seguros cubriera los riesgos. Por la tanto, utilizarán equipos mecánicos ligeros, con ordenador y programas de inteligencia artificial.