Hasta la fecha se incineraban las mascotas con los restos de matadero. | Gemma Andreu

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Los menorquines ya pueden incinerar individualmente a sus mascotas fallecidas y recuperar las cenizas con garantía certificada sin necesidad de recurrir a empresas de fuera de la Isla. El Área de Gestión de Residuos de Milà ha puesto en marcha este nuevo servicio con el que se da cumplimiento al Plan Director de Residuos y que ha requerido una modificación de contrato que se ha demorado siete años.

Lo anunciaron este miércoles el conseller de Medio Ambiente, Simón Gornés, y el director insular de Medio Ambiente, Mateu Aínsa, que destacaron la gran demanda que se había generado en los últimos años tanto por particulares como por protectoras de animales. El horno especial para llevar a cabo este servicio está listo desde el año 2022, pero hasta la fechas los animales de compañía que llegaban a Milà eran incinerados junto al resto de subproductos cárnicos imposibilitando la recuperación de las cenizas.

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La modificación del contrato, que establece las nuevas tarifas, acaba de ser firmada. El horno tiene capacidad para animales con un peso máximo de 75 kilogramos y el coste unitario es de 175 euros más IVA, muy por debajo de los alrededor de 500 que los propietarios de mascotas tenían que pagar si recurrían a servicios funerarios especializados de fuera de Menorca. Los interesados, informan desde el Consell, ya pueden recurrir el servicio llamando al Área de Gestión de Residuos de Milà.

Desde el Consell explican que el Consorci de Residus solicitó a la empresa concesionaria una oferta para la prestación de este servicio y que en 2017 se inició la modificación del contrato de explotación de Milà. Esta modificación no se ha formalizado hasta ahora. La carencia en Menorca de este servicio que garantiza un tratamiento digno de los restos de animales domésticos podría haber sido una realidad hace años.

No en vano, ya en el anteproyecto de explotación del servicio de gestión de Milà firmado en 2014 se establecía que «para casos excepcionales, el licitador deberá de prever la posibilidad de incineraciones especiales de animales domésticos de manera que se pueda garantizar la recuperación específica de las cenizas de cada animal». También el pliego de prescripciones técnicas que rigen el contrato establecía que la empresa contratista «debe contemplar en su oferta» esta opción. El contrato se firmó en 2015 y han tenido que pasar casi nueve años para que el servicio sea una realidad.