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Cosechas destrozadas, el proyecto de Es Viver y del banco de árboles autóctonos de Mestral-Caritas seriamente tocado, maquinaria dañada, un coche precipitado por el torrente, otros dos vehículos averiados, caminos impracticables, paredes seca derruidas  y mucho desánimo. Este es el triste balance que se ha vivido en el Barranc d'Algendar (Ferreries), la auténtica zona cero del temporal, que azotó Menorca la madrugada del pasado jueves.

Los más de 150 litros por metro cuadrado de agua que cayeron en menos de 24 horas hicieron estragos. El torrente se desbordó como nunca y arrasó con todo lo que se encontraba. Hay marcas donde se aprecia que el agua sobrepasó el metro y medio, por sobre de lo que hasta el miércoles era tierra cultivada.

Tres fincas han sido las afectadas: la del Molí de Baix, Molí de Dalt y la de Sant Antoni de S'Aranjassa. Las dos primeras han sufrido todo tipo de desperfectos, aunque lo más grave ha sido que han perdido gran parte de la cosecha, sobre todo en el caso del Molí de Baix, hasta el punto que hace peligrar su viabilidad.

Cuantiosos daños también ha padecido Sant Antoni de S'Aranjassa, propiedad del Obispado y donde tiene en marcha desde hace más de 10 años el proyecto de Es Viver de Mestral-Caritas. Allí custodian un banco de árboles frutales con unas 60 variedades autóctonas de Menorca y disponen de un millar de árboles, para poner a la venta. Muchos de ellos, tras el temporal, son irrecuperables y las pérdidas son enormes, en un proyecto que ya de por si económicamente no es viable, aunque lo sea desde el punto de vista ambiental y social.

Los bomberos y la Policía Local visitaron este viernes la zona. Su labor era retirar un coche que se había precipitado al torrente, tras ser arrastrado por la corriente más de 100 metros.

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Lea la noticia completa en la edición impresa del 03 de octubre en Kiosko y Más