El pregón de Es Castell reunió a una notable cantidad de residentes y visitantes en el municipio. | Gemma Andreu

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El profesor Xavier Martín (Es Castell, 1958) pronunció ayer el pregón de la edición 2017 de las fiestas de Sant Jaume. Miembro del Institut Menorquí d'Estudis y profesor de filosofía, Martín apostó por darle al acto un corte histórico. Así, analizó las raíces de los festejos populares e incluso corrigió algunos de los errores iconográficos en los que se incurre en tiempos actuales. «Ya que con el pregón se tiene la intención de dar inicio a las fiestas patronales del pueblo, permitidme que, de una forma breve, dé un vistazo rápido a los orígenes, a algunas de las tradiciones y a los símbolos de la fiesta de Sant Jaume. Hagamos, pues, un poco de historia...» fueron unas de sus primeras palabras como pregonero.

Gremios del siglo XIV

Así, Xavier Martín recordó el origen religioso de las fiestas y sus nexos con «las antiguos actos celebrados por los gremios de los distintos oficios en el siglo XIV». También citó las primeras noticias periodísticas sobre la celebración de las fiestas –publicadas en el siglo XVIII– y explicó que «en 1786 los representantes del pueblo ya solicitaron a la autoridad militar el permiso para rememorar las fiestas en honor a su patrón los días 24, 25 y 26 de julio». El docente analizó los lazos comunes entre Sant Jaume y Sant Jordi y apuntó que «en Es Castell también deberíamos festejar Sant Jordi, ya que también es patrón del pueblo y de nuestra parroquia».

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Prosiguió, en un marcado tono academicista, apuntando los «errores» que hay en la actual bandera de las fiestas de Sant Jaume, explicando que el patrón, por ejemplo, debería ir en un caballo de color blanco –y no marrón– y lucir vestimenta de peregrino.

Martín no dejó hilo sin puntada en su recorrido por las fiestas de Sant Jaume y también se fijó en la tradición de l'aigua-ros, en la ornamentación con canyes verdes, murta i ginesta y en la cullera d'argent; por citar tres ejemplos.

La vestimenta de los antiguos caixers, las tradiciones culinarias –con el plato estrella de los guixons amb carabassa– y los usos sociales –como el ball encantat– no faltaron en su discurso. La cita finalizó con un toque musical, ejecutado por el grupo local «Gaudium et musica», que cuenta con el pregonero entre su nómina de integrantes. De este modo, con reconocimientos públicos, pregón de tono académico y música se dio el inicio a la fiesta.