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…¡Y nosotros también, Majestades! Creo que es de agradecer que el Rey pronunciase unas palabras en menorquín cuando presidía el acto de inauguración de la Farmacia Llabrés en el Teatro del Borne de Ciudadela. Pero no debiera sorprendernos, toda la visita, y pienso que toda la jornada, estuvo envuelta por la proximidad y el afecto, tanto por lo que veían durante la visita (por la mañana, en la Isla del Rey), como por los contactos personales que se formaban a medida que iban avanzando.

Personalmente, he de agradecer al Diari que, en el «Flash del Día» del día siguiente, escogiese una foto de la Farmacia, el escrito del Rey y una imagen de cuando estaban ante el modelo de señales marítimas del puerto y yo a su lado con las explicaciones. Fue graciosa la reacción de la Reina cuando vio la foto donde aparecen ellos y toda la expedición menorquina a San Agustín, en la Florida, allá por 2015… ¡Hace ya unos cuantos años que ya les pudimos saludar!

Y, naturalmente, como ya habéis visto en el artículo de hace quince días, el vino y el aperitivo en la Cantina dieron pie a toda clase de saludos y conversaciones, con un gran número de voluntarios e invitados, que parecía como si tuviesen todo el tiempo del mundo.

Y para acabar la fiesta, recibimos una invitación de la Farmacia Llabrés para hacerles una visita especial abierta a los voluntarios, en cierta forma «compañeros de aventuras», en el sentido de que tanto ellos como nosotros nos hallamos en un entorno de respeto, conservación y animación, por así decir, de realidades pasadas que tienen gran valor para el colectivo, farmacia en Ciudadela, hospital en la Isla del Rey… En el caso de la Farmacia, es digna de admiración la gran labor realizada con los colectivos de discapacitados de Menorca, lo que nos confirma el gran nivel de solidaridad que tenemos en nuestra isla. En este caso, basada en la relación entre dos Fundaciones.

Hacia allá que nos desplazamos cinco voluntarios el viernes siguiente, el día 13, donde fuimos recibidos con los brazos abiertos por Irene y su equipo, que nos enseñaron las dependencias y explicaron la historia de la Farmacia y sus vicisitudes durante tantos años. Para nosotros, saltar del siglo XVIII al siglo XX y su modernismo nos demandó un cierto esfuerzo de adaptación, todo hay que decirlo, pero es bien cierto que, desde que se conoció la herencia Balada, los contactos entre nuestras dos actividades ha sido intenso, y todavía lo es como podéis ver.

Aprovechemos pues estas actividades a Levante y Poniente para seguir aportando a la isla entera motivos de atracción, conocimiento y valoración de nuestro pasado. ¡No es extraño que disfrutemos, los Reyes y nosotros!

Oscar Sbert Lozano

Voluntario