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Desde una perspectiva balear, la lectura de los resultados de las elecciones andaluzas se resume en que la izquierda de las Islas espabila en el escaso medio año para los próximos comicios autonómicos y locales o se expone a una derrota. Es cierto que las realidades -balear y andaluza- son diferentes, con un archipiélago bilingüe y una presencia de formaciones nacionalistas, pero también existe el anticatalanismo y una larga tradición de voto conservador.

La clave de los resultados de mayo del 2019 residirá en el comportamiento electoral de las zonas urbanas, donde Podemos logró un significativo éxito en mayo del 2015, pero tanto esta formación como Més, en Mallorca, han atravesado por avatares complejos durante esta legislatura. Un giro de votantes de Podemos hacia Ciudadanos o Vox y un aumento de la abstención en el electorado de izquierdas darían un vuelco a la política balear. Los resultados de las elecciones andaluzas han abierto un escenario inédito que ha atrapado a Pedro Sánchez: si adelanta las generales se expone a un descalabro, pero si intenta mantenerse, se expone a un severo correctivo para el PSOE en las autonómicas y municipales de mayo del 2019.