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La dimisión de Ramón Espinar de sus cargos institucionales y como secretario general de Podemos en Madrid acentúa la crisis que vive la formación morada, con una sucesión de despropósitos y enfrentamientos. El partido de Pablo Iglesias aspiraba a levantar la nueva bandera de la izquierda para sustituir al PSOE, al que descalificaba llamándole ‘casta’, igual que al PP. Pero en la actualidad Podemos apoya y gobierna con e PSOE en varias instituciones.

Convertido en un foco de tensiones y vanidades heridas, Podemos sufre una crisis que trastoca el escenario político y condicionará los resultados electorales. Las peleas intestinas restan credibilidad a sus mensajes.

A ello hay que añadir torpes decisiones como el chalé de Pablo Iglesias e Irene Montero, quienes olvidaron que en política se predica con el ejemplo cuando se pide el voto a los segmentos más débiles de la sociedad y se proclama el ‘asalto a los cielos’. En Podemos- Balears también se han vivido crisis, como la que acabó con la expulsión de Xelo Huertas y Montse Seijas; y trasvases de candidatos, que evidencian tensiones internas, con el diputado Juan Pedro Yllanes que aspira a la presidencia del Govern.