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La evolución del desempleo durante el mes de julio en Balears supone un punto inflexión respecto a los últimos años, cuya progresión positiva se diferenciaba del resto de autonomías. Los últimos indicadores reflejan una clara desaceleración, incluso un retroceso. Mientras el paro baja un 2,2 por ciento en Eivissa, crece un 2,8 por ciento en Menorca, un 0,9 en Mallorca y un 3,5 en Formentera.

El sector turístico acusa esta temporada la competencia de otros destinos que con unos precios a la baja están recuperado parte de la demanda que huyó de la inestabilidad política, económica y de los ataques terroristas que sufrieron. El repunte del desempleo y el contexto de desaceleración suscitan preocupación empresarial y sindical en un entorno político de incertidumbre, con investidura fallida y Gobierno en funciones.

Hay que añadir las dudas que genera el ‘Brexit’. Todo ello no invita al optimismo, pero tampoco no justifica planteamientos alarmistas. Sería un error entrar en una carrera de precios a la baja que acabarán perdiendo Túnez, Grecia, Turquía y Egipto. El futuro pasa por el segmento alto y medio de la oferta, y, en el caso de Menorca, por prolongar la temporada.