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La presunta participación del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en el espionaje telefónico de políticos y simpatizantes del independentismo catalán ha abierto una grave crisis institucional, donde el Gobierno está perdiendo aliados para aprobar sus iniciativas. La titular del Ministerio de Defensa, Margarita Robles, defendió estas escuchas como eventual defensa del Estado frente a los secesionistas; lo que llevó al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, a solicitar su cese inmediato. La pérdida de apoyos parlamentarios obliga al presidente Sánchez a reclamar el apoyo del PP para sacar adelante hoy su paquete de medidas económicas por la guerra en Ucrania. El estallido del ‘caso Pegasus’ enturbia las relaciones del Gobierno con sus socios, tanto con    Unidas Podemos como los nacionalistas vascos y catalanes. Al mismo tiempo reactiva el movimiento separatista que, según los últimos sondeos, había perdido mucha fuerza. En este pulso Pedro Sánchez se obligado a pedir los votos del PP para salir del atolladero parlamentario. La demanda judicial que interpondrá el Parlament catalán probará la certeza o la falsedad de las acusaciones. La ministra Robles, responsable del CNI, advierte de las responsabilidades que se incurren con las denuncias falsas. Todo un órdago que muestra la enorme sima que separa al Gobierno de sus aliados.