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Una semana después de la entrega, con gran despliegue mediático, de las llaves de los primeros pisos del Ibavi en trece años a treinta familias de Maó se destapan las deficiencias, fallos y anomalías que presentan estas viviendas. Al carecer de servicios básicos como de electricidad, que impide conectar los electrodomésticos, y de agua caliente, los inquilinos no han podido mudarse.

Las personas con problemas de movilidad no pueden utilizar el ascensor, porque no funciona. Las instalaciones no están acabadas, como se constata con cables sueltos que cuelgan del techo, y tampoco funciona Internet. Un cúmulo de anomalías que, además de demandar explicaciones, ha frustrado la ilusión de las familias que, más allá de la foto con la llave del piso, no pueden vivir en estas treinta viviendas del Ibavi en Maó al carecer de las mínimas condiciones de habitabilidad.

Las prisas nunca han sido buenas consejeras y no se entiende que las autoridades entregasen las llaves de estos pisos. Los responsables del Ibavi en Menorca algo tendrán que aclarar. No solo por estas deficiencias, sino por la 559 personas que esperan un piso de promoción pública en la Isla.