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Pocas horas después de haber fallecido, el Vaticano publicó el ‘testamento espiritual’ que Benedicto XVI escribió en 2006, un año después de haber sido elegido como líder de la Iglesia católica. Un texto breve que es una reflexión luminosa donde expresa el sentido profundo de la síntesis entre la razón y la fe. El cardenal Joseph Ratzinger, que recibió el anillo del pescador a los 78 años, fue filósofo de la fe y teólogo del humanismo. En el Evangelio halló respuesta a las contradicciones que plantea el don de la fe en los hombres y mujeres del siglo XXI, porque el simple conocimiento intelectual carece de sentido sin la dimensión espiritual.

Benedicto XVI, que ejerció su ministerio pastoral con un estilo inspirado en la humildad, sorprendió con su renuncia en febrero de 2013, una decisión  con la que transmitió el mensaje de la limitación del hombre ante la obra de Dios. Hubo quienes le llamaron «el Rottweiler de Dios» por sus rigurosos planteamientos doctrinales, pero siempre reivindicó la fe del creyente, opuesta a la de los filósofos, como escribió en su encíclica «Deus caritas est». Benedicto XVI combatió el relativismo moral en unos años de dificultad para la Iglesia, sin buscar aplausos fáciles, admitiendo errores graves, como los abusos sexuales a menores por religiosos; y defendiendo la vigencia y el contenido el mensaje del Evangelio.