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A Joana Barceló le toca bailar a veces la música que no le apetece y lo acepta porque es una profesional preparada para la cosa pública.

Del Consell, a la Conselleria de Trabajo y ahora a la de Turismo, manteniendo la función de portavoz del Govern, lo que le permite estar en primera fila. El nombramiento del responsable de Turismo fue el último que se decidió ayer.

Poco antes de conocerse, algún socialista de peso comentaba que se estaba buscando un profesional independiente y con conocimientos de turismo para este puesto. Un perfil que cuesta encontrar.

Joana Barceló no es una profesional del Turismo, sino de la política, y no es independiente, sino socialista. Sin embargo, su paso a Turismo es esperanzador. Ha de serlo para Menorca especialmente.

Ella, en alguna ocasión, ha actuado de infiltrada de la isla menor, en la potente Mallorca, donde las dinámicas son distintas y no se fomenta el debate sobre lo que queremos ser de mayores. Seguramente, aquí se generará un debate político sobre si la nueva consellera será la misma Barceló que ya gestionó Turismo en el Consell, como una cartera adherida a la Presidencia. De entrada, con ella desaparecen las dudas sobre la validez de los convenios con los touroperadores.

De ella habrá que esperar un impulso al sector en la Isla, viendo en su nombramiento una oportunidad.