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Es aceptable, positivo, higiénico, que en el seno de un equipo de gobierno multicolor predomine la discrepancia, la diversidad de opiniones sobre temas de distinto pelaje. Incluso sería recomendable que hubiera más variedad de pareceres dentro de unos partidos demasiado sometidos al líder y a la encuesta.

No obstante, lo vivido esta semana en torno a la vía alternativa entre Ferreries y Ciutadella no entra en este capítulo de sana divergencia entre compañeros de disciplina de voto. No es aceptable de ninguna manera que el socio mayoritario del equipo de gobierno del Consell presente el lunes un proyecto de gran calado para que al cabo de 24 horas su socio minoritario, consciente ya del rechazo social que ha provocado la iniciativa, envíe la convocatoria de una rueda de prensa para oponerse de forma tajante al asunto.

Será que no llevan tiempo debatiendo estos dos partidos sobre carreteras y cómo planificarlas. Cabe recordar que los trámites para la elaboración del plan de carreteras comenzaron hace ya más de media docena de años, siempre con PSOE y PSM como socios de gobierno. Son ya demasiados síntomas recientes de falta de comunicación y entendimiento entre compañeros de pacto. Se vio con la bodega de Torralbenc y con el traslado de Eurobijoux. Y precisamente no son temas menores. Discrepar está bien. Ir cada uno a su aire, no.