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Ese animal, tan importante para la humanidad desde hace miles de años, merece unos breves comentarios a modo de pequeño homenaje.

En Menorca tenemos dos tipos de vacas diferentes: la vaca frisona, (procedente de la región de Frisia y Holanda del Norte, en los Países Bajos), que es esa de las manchas negras sobre fondo blanco que vemos a ambos lados de la carretera. Destaca por su elevada producción lechera, formando parte ya del bello paisaje isleño. Y la vaca de raza menorquina.

Una raza rústica, fuerte y tranquila, de gran instinto maternal. En su mayoría carecen de cuernos y su color es rojo, de diferentes tonalidades. Se crían tanto para la producción lechera como por su apetitosa carne y se han hecho esfuerzos encomiables para que dicha raza no desaparezca de la isla.

A veces, prestamos atención a cosas banales y, en cambio, otras muy importantes pasan inadvertidas ante nosotros. Pues ¿qué sería de nuestra historia, sin esos bellos rumiantes parsimoniosos y tantas veces sacrificados? La vaca -más allá de estas tierras- ha sido un animal simbólico e, incluso, venerado en ciertos lugares. Todo el mundo ha oído hablar de las "vacas sagradas" de la India. Por extensión, se les da ese nombre a algunas personas de gran poder e influencia, que suelen ser intocables.

Cuando era pequeño, ponían películas de "cowboys" (vaqueros). Hay que ver, la que se liaba. A veces, las disputas empezaban en el bar y acababan en un duelo, en plena calle. Por un río para abrevar al ganado, eran capaces de todo (solían resolver sus desavenencias a tiros) Al final, ganaban los buenos y podían llevar sus vacas de un lugar a otro montando a caballo, a través de inmensas llanuras.

La Biblia, en el Libro del Génesis (41: 15-29) nos cuenta que el faraón tuvo un sueño que lo dejó muy angustiado: siete vacas gordas eran devoradas por otras siete vacas flacas.

Desconcertado por tal visión, convocó a los adivinos y agoreros más afamados del país, aunque ninguno de ellos fue capaz de interpretar tan extraña pesadilla. Entonces, mandó llamar ante sí a José, hijo de Jacob y Raquel, que se hallaba en prisión. Éste le dijo que las siete vacas gordas simbolizaban "los siete próximos años, de abundancia y prosperidad". Y las flacas, en cambio, la "escasez y penurias que harán olvidar toda la abundancia de Egipto durante otros siete años, y el hambre consumirá la Tierra". La expresión: "el tiempo de las vacas gordas", se hizo popular desde entonces. Ya ven, los egipcios de hace miles de años, ¡qué gran poder de predicción que tenían! Del despilfarro se suele pasar a los recortes de todo tipo...y ¡vuelta a empezar!

Recuerdo también, la marca de un quesito: "La vaca que ríe". Cada uno podía imaginarse de qué se reía, porque eran tiempos felices. Luego, con las "vacas locas" empezó a cundir el pánico, que las autoridades sanitarias tuvieron que desactivar rápidamente. Y es que, con las cosas de comer, no se juega.
Pero cambiemos de tema. Ha llegado el verano y, para los que son estudiantes, empieza su época de vaca…ciones.