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No consumas una seta que no conozcas, podría ser la última.
José Mª Pons Muñoz

En la zona centro de la Península Ibérica hay grandes extensiones cubiertas de pinares. La sierra de Madrid cuenta con frondosos bosques donde se dan muy bien los esclata-sangs (menorquín), níscalos (castellano), rovelló o pinetell (catalán), esnegorri (vasco). Esta familia cuenta con cinco tipos diferentes de esclata-sangs, que son: el lactarius deliciosus, el lactarius sanguifluus (probablemente el mejor, el más sabroso), el lactarius salmonicolor, lactarius semisanguifluus (el peor, el menos sabroso) y finalmente el lactarius detirrimus.

Todos y cada uno de los cinco tipos de esclata-sangs tienen el látex color zanahoria más o menos fuerte. Una pigmentación que es normal que pase a la orina, dándole ese tono anaranjado, pero que no tiene otra repercusión de otra naturaleza por la que debiéramos preocuparnos.

En alguna zona de Guadalajara también encontraremos pinares muy extensos. Alguno va desde más allá del Pico Ocejón hasta el pueblo de Cogolludo, que suele ser la zona donde este micólogo gusta de pasar sus jornadas buscando esclata-sangs. Por cierto, al pinar donde suelo ir no es difícil perderse por su frondosidad, su grandísima extensión con barrancos muy profundos donde sólo se ve bosque y más bosque, sin otro elemento físico que nos oriente. Perderse en un pinar de ésos, con ser malo no es lo único que nos puede pasar. En la profundidad de algunos de esos barrancos, donde estoy cierto que el mismísimo demonio no iría a buscar un alma, suelen encamarse los jabalines, y encontrarnos de cara con un viejo navajero(1) puede tener resultados pocos gratos, aunque lo normal es que al pasar por donde suelen encamarse, nos den un bufido y arranquen a correr en dirección contraria. Más son las veces que los he oído y no los he visto que las veces que sí los he visto correr. Los viejos machos hacen chocar las navajas con las amoladeras(2) en señal de desafío. Pero uno, que está ya muy de vuelta por estos campos de Dios, sabe que donde ve bastante excremento es señal que cerca tiene el encame algún jabalí. Estos bichos, lo primero que hacen cuando abandonan su "casa" para buscar con que llegar la andorga, será aligerarse las tripas. Detectada la zona, ¿para qué meterse donde no nos llaman? Damos un pequeño rodeo y punto.

Sobre los esclata-sangs, está en Menorca bastante generalizada una equivocación, no es frecuente pero tampoco es raro encontrar algún esclata-sang que tenga presente en las laminillas una especie de moho blanco. Recuerdo que muchos buscadores menorquines decían, y me imagino que seguirán diciendo, que aquello era un esclata-sang macho. Pues ya siento yo desengañarles porque en puridad se trata de una micosis(3) , concretamente del parásito Peckiella deformans, que destruye las laminillas. Un esclata-sang afectado puede ser perfectamente consumido, lo único será que encontraremos la textura algo más apretada, como endurecida.

Siempre que escribo sobre micología procuro hacer notar una advertencia: no recolecten ni setas ni hongos que no tengan absoluta seguridad de que son comestibles, en consecuencia, que no son tóxicos. En un curso sobre micología al que asistí, nos explicaron de una seta de la que no estoy cierto si es de Méjico o de algún país asiático, que se manifiesta de una manera curiosa y traicionera. Durante días, semanas, meses o incluso años, no mostrará ninguna reacción de su peligrosidad, pero al consumirla habrá dejado larvada en el hígado su carga tóxica y al cabo de unos años, el hígado enfermará de manera mortal.

La semana pasada, en el hospital de Guadalajara, fue atendida una familia, marido, mujer y dos hijos, por una intoxicación de una seta altamente tóxica, una seta mortal, la Amanita phalloides, la oronja verde o cicuta verde, como se la nombra en Castilla, Farinera borda en catalán y Ilkor en vasco. Bien, pues al padre habrá que hacerle un trasplante hepático a la carrera porque se encuentra entre la vida y la muerte. A la mujer y a los hijos se les dio traslado a un hospital de Madrid, también en estado muy grave (me lo contó una doctora del hospital de Guadalajara).

Normalmente las setas sólo matan a quienes no las conocen, de manera que al contaminarse ni siquiera saben el tipo de veneno con el que se han envenenado.
El tipo de envenenamiento es de características citotóxicas. En la mayoría de casos con resultados mortales. El período en que la intoxicación permanece latente es de entre 8 a 24 horas. Para que ustedes tengan una idea de lo tóxica que es esta seta, sepan que basta una sola para provocar la muerte de una persona, o, dicho de otra manera, con menos de 50 gramos podemos ocasionar una tragedia familiar.

La primera manifestación o síntoma de envenenamiento por ingesta de oronja verde, no suele ser antes de las 6 horas de su consumo. Los primeros síntomas son un malestar generalizado y difuso, seguido casi de inmediato de vómitos y diarrea galopante con mucho dolor en la zona ventral. Acto seguido aparecerán las sudoraciones y una sed intensa. Curiosamente cuando estos síntomas remiten aparecen otros realmente inquietantes que avisan de que el hígado y los riñones están gravemente dañados, sobre todo el hígado, que puede estar mortalmente afectado como sucede en la mayoría de casos. Conviene recordar que los primeros síntomas no serán antes de las 6 horas, con lo cual no hay posibilidades de hacer un lavado de estómago efectivo porque el veneno está ya en el torrente sanguíneo y en contacto con el hígado y los riñones.

Les ruego la máxima prudencia. No consuman más que aquellas setas y hongos que sean de su confianza.

(1) Navajero: En montería, dícese de un jabalí con buena boca, bien armado, especialmente en sus colmillos inferiores.

(2) Navajas y amoladeras: La navaja, en término montero, se dice de los colmillos inferiores del jabalí, que por su disposición, forma y afilados bordes, hacen fácilmente carne en los perros y en los monteros, cuando estos entran a rematar. Amoladera: Dícese del colmillo superior del jabalí. Se le da este nombre porque al rozar con el largo colmillo inferior, lo amola.

(3) Micosis: Enfermedad causada por un hongo, ya sea en el hombre, animales o en plantas.