TW
0

Beber y volver a beber, hacer gracietas/gamberradas que molestan a pequeños y grandes, ensuciar, poner en peligro a otras personas, imprudencias, hacerse dueño de la calle... y, lo peor de todo, "presuntas" agresiones sexuales amparadas en el anonimato de los tumultos. Todo esto, y algunas cosas más, han puesto este año un lamentable borrón en las fiestas de Sant Joan, injusto e innecesario. El sentimiento y emoción de unas celebraciones que están arraigadas en el corazón de los ciutadellencs y de tanta gente que las siente como suyas merecen que el tema de la masificación y la seguridad sea tratado urgentemente por parte del Ayuntamiento y la Junta de Caixers Senyors. La denigrante imagen que ilustra nuestra portada de hoy, de una joven violentamente asaltada por unos miserables, es además de un delito un insulto a una tradición guardada celosamente generación tras generación.

Noticias relacionadas

La parte negativa de lo ocurrido en Ciutadella tiene que servir de aviso al resto de poblaciones de la Isla que sucesivamente, a lo largo del verano, irán celebrando sus fiestas populares. Evitar los desmanes y que los jaleos se conviertan en macrobotellones no está sólo en manos de las autoridades, sino de todos los menorquines. Educación, respeto y alegría sana. Ésta es la fórmula que se ha de beber este verano.