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En verano, más que en cualquier otra época del año, nos enamoramos de la carne. Las mozas visten poco vestidas, dejando que aquello que al fin y al cabo tendrán que comerse un día los gusanos, alegre los ojillos a la parroquia. Y si esto es simpático y agradable, déjenme que el resto sea lo que no me gusta del verano, como esa cosa, mayormente horrorosa, de ver a un paseante con bermudas, sandalias y… calcetines.

Otra cosa del mes de agosto que me la repampinfla es la noticia, todos los años repetida, que nos avisa de que fulanito o fulanita se han ido a tal o cual sitio a descansar, que eso lo hacen miles de personas en agosto que llevan un año trabajando, y a veces muy duramente. Pero la noticia no se refiere a esas personas, sino a una pandilla de desocupados que viven a tutiplén y que durante el año "no le pegan un palo al agua". ¿Y dicen que van a descansar…? Digo yo que será descansar de no haber hecho en toda su vida otra cosa que descansar. Una cosa pongo por caso, como el consejo que me dio un cirujano que tuvo a bien en la mesa de un quirófano arreglarme unas vértebras descabaladas: José María, hágame caso, durante una temporada no haga nada… y después descanse. Otro asunto es la climatología del verano. Donde este narrador vive, la climatología es extremosa, de tal manera que en invierno te hielas y en verano te asas. Por eso la gente mayor, los sabios del lugar, dicen que tenemos nueve meses de invierno y tres de infierno.

En verano sobre todo suelo notar el descarado empeño de algunos comerciantes de hostelería, empeñados en agosto en hacer su agosto con calidades que dejan mucho que desear y precios como si lo que ofrecen fuera de altísima gastronomía.
La pena que me da en verano ver como en algunos restaurantes, figones, casas de comida o chiringuitos, les sirven a los turistas unas paellas infames que debería estar prohibido llamarlas paellas.

Otro asunto del verano que me pone de mal poner es esa cantidad de personas que se ahogan. Pero vamos a ver… "si no sabes torear, a qué te metes". Si uno medianamente flota, a qué la tontuna de meterse en aguas desconocidas en esa confianza que no ha de pasar nada. Y luego… ¡vaya que si pasa!

He leído que en España, durante el año, se ahogan unas 300 personas. Muchas me parecen, por lo que doy el dato con todas las reservas. En cualquier caso, sí que es cierto que, sobre todo en los meses de verano, son excesivas las víctimas por ahogamiento.
Otro ingrediente de este sofrito veraniego que podríamos ahorrarnos, son los vaticinios de los que se atreven en el mes de mayo a decirnos cómo va a pintar el verano. Y lo que es este año, se han lucido. Dijeron que iba a ser un verano muy, pero que muy caluroso. ¡Hombre! Días sí hemos tenido con mucho calor, y sobre todo en la zona de Andalucía. Pero para el resto puede afirmarse que ha sido un verano de temperaturas suaves, en algunas autonomías pasado por agua. En el País Vasco se ha tirado todo julio y parte de agosto lloviendo, al igual que en Cantabria y Asturias, donde tampoco les ha faltado el agua.

Hay un clásico de verano, sobre todo en Menorca. Vas, pongo por caso, y preguntas cómo ha sido la temporada turística y siempre contestan lo mismo: mal… ha ido mal. Como aquel payés amigo mío que se jubiló de viejo y le habían salido los dientes detrás del arado sin que por eso guardase memorias de una buena cosecha, en definitiva, de un buen año.

Del verano, sobre todo este año, tengo una queja, que milagro será no la lleve hasta Estrasburgo porque creo que me asiste la razón. El asunto no es baladí toda vez que, como ustedes saben, cada año en el monte Higueldo esa orografía que separa España de Francia si entramos en el país vecino por San Juan de Luz, pues como les iba diciendo, cada año en ese monte se reparten las moscas las que han de ser para España y las que han de ser para Francia, y hete aquí que este año tengo para mí que tenemos, además de nuestras moscas, un buen surtido de las francesas. No se ha hecho el reparto a uso y costumbre. Creo estar cierto si digo que estos franceses nos la han jugado, de todas maneras, como uno en esto de las moscas está mosqueado, ya tengo pedido a la autoridad competente, estar presente en el jurado que hace el reparto de las moscas del año que viene.