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Los emperadores romanos sabían que el pueblo permanecía en calma siempre que tuviera pan y circo. Hoy, el "pan", sinónimo de trabajo, escasea y ahora también el espectáculo está en crisis, sobre todo su principal escenario, la pantalla del televisor. TV3 ha visto reducir su presupuesto en 90 millones de euros en dos años (en 2012 será de 260 millones) y su directora, Mònica Terribas, ya ha advertido que ello significará la supresión de los partidos en abierto de la liga de fútbol. Parece difícil de imaginar que TV3 vaya a dejar de emitir partidos del Barça. Esta sí puede ser una espita revolucionaria.

En Mallorca, por su parte, no se van con chiquitas. El 1 de enero cierra Televisió de Mallorca, cuyo expediente de regulación de empleo ya ha sido aprobado. Este canal se añade a otros de cobertura estatal que han cerrado. El periodismo se convierte en una profesión de alto riesgo, solo apto para vocacionales imprudentes. Por su parte, IB3 ha decidido anular la producción completa de la serie "L'Anell", que a pesar de estar consiguiendo una buena audiencia tiene un coste inasumible en tiempos de pan duro.

Para saber cómo acaba habrá que esperar a la salida de la crisis. Sin duda, será el mejor argumento para que el final sea feliz. De todas formas, las administraciones deberían entender que los medios informativos y las televisiones forman parte de la economía productiva y algunas veces ayudan a olvidar lo que nos espera los lunes, y demás, cuando sale el sol.