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Los políticos son muy capaces de enredar tanto la política que consiguen hacerla a veces incomprensible. Yo siempre comprendí muy malamente, que un mismo problema los del PP lo vean de una manera y los del PSOE de otra. Vas, un suponer, y le preguntas a uno del PP que sitúe el jueves en lo que es una semana normal, y te dirá, que el jueves es el día que precede al viernes; si la misma pregunta se la formulamos a uno del PSOE, nos dirá que el jueves, es el día que viene después del miércoles. La cuestión es diferenciarse, y en eso, son capaces de hacer esfuerzos ridículos. Por eso no se me alcanza qué cantidad de dificultad habrán tenido los políticos europeos para, por fin, conceder la segunda ayuda por parte de la comunidad del euro a Grecia, además con esa cantidad tan enorme de millones, tantos como ciento treinta mil millones de euros. Sin embargo, tengo para mí, que lo más llamativo no es la cantidad, sino que de paso, los bancos le vayan a perdonar a Grecia el 75% del préstamo anterior, más o menos unos cien mil millones de euros, de lo que deduzco, que no fueron los distintos gobiernos de la mancomunidad europea los que soltaron la "pasta" en aquélla primera ayuda cuando Grecia al fin reconoció su gigantesca deuda, entró en recesión y acabó pidiendo ayuda, ayuda que por lo que se acaba de decir y publicar, se la sirvieron los bancos, los mismos bancos que nadie sabe a cambio de qué, ahora les perdonan una devolución de más de cien mil millones de euros.

En ese tipo de operaciones mal llamadas financieras, me gustaría saber el papel real que juegan los gobiernos que en un principio son los que conceden la ayuda al país en apuros, y cuál es el papel de los bancos. Primero se dice que son los socios, los distintos gobiernos los que conceden o dejan de conceder la ayuda a Grecia; para nada se dice, que lo hacen por ejemplo, en forma de aval, pero que son realmente los bancos, los que en resumidas cuentas, reúnen el montón de millones, igual que ahora, no se dice que sean los gobiernos los que le perdonan a Grecia el 75% de su deuda anterior, si no los bancos. Creo que no explican las cosas, y para cuando las explican, lo hacen de tal manera que uno sigue sin aclararse, aparte de no acabar de entender muy bien cómo funciona ese tipo de ayudas millonarias. Confesada mi ignorancia, algo sí por lo menos, tengo completamente claro: Grecia no ha devuelto, porque no puede, el préstamo anterior. Después de tener perdonado el 75% le queda eso sí, un 25% a devolver del primer préstamo, que sumado a los ciento treinta mil millones del préstamo actual, ya veremos qué es lo que sucede cuando vayan venciendo los plazos.

¿Cómo es posible que un país como Grecia, de unos 11 millones de habitantes, haya generado una deuda, que para no declararse en bancarrota, haya tenido que ser socorrida nada más y nada menos que con más de doscientos cincuenta mil millones de euros?

¿Qué clase de gestores políticos son los que llevan a un país a la ruina, sin que por eso a la presente, tengamos noticias de que la justicia les haya tomado interés? ¿Son realmente los políticos griegos los culpables del desastre económico de su país? ¿Si no son ellos, quiénes son? Porque digo yo, que alguien tuvo que tener la culpa de que el Titánic se hundiera, y no me diga usted, que la culpa la tuvo un iceberg. Para el caso, en aquel desastre de la navegación marítima, en el Titánic se perdieron unas 1.523 vidas entre pasajeros y tripulación, salvándose solo unas 705. Caro, muy caro el coste en vidas humanas. En Grecia, será también muy alto el coste para los griegos en el bienestar social por culpa de aquéllos que han llevado al país a darse de bruces contra el gigantesco iceberg de una increíble deuda que ellos solitos han generado. No hay que hacer esfuerzos para saber quién va a pagar las consecuencias. Pero repito, ¿quienes son los culpables? Salvo que una deuda como la griega se genere por generación espontánea, culpables los tiene que haber, y deberían más pronto que tarde rendir cuentas ante la justicia, de lo contrario, va a resultar que arruinar a todo un país sale gratis. Bueno, gratis no, porque van a pagar las consecuencias los que no tienen ninguna culpa. En esa desgracia endémica que es pagar justos por pecadores, no hemos conseguido avanzar nada, seguimos en los aledaños de los hombres de Atapuerca.