Ante las elecciones andaluzas

Una semana más tarde en otro orden, en otras circunstancias, con otros motivos y sin duda con otros resultados, también habrá concluido lo de las elecciones andaluzas y asturianas, aunque lo de las asturianas, vienen como si vinieran en fa menor, casi a hurtadillas, parece que sin otros méritos o intereses que los de las circunstancias de rehacer lo poco que les ha durado el resultado de la última vez que los políticos asturianos se enzarzaron mitineros, convocando al sufrido personal ante sus torpes resultados en la "gobernanza" común. Lo entrecomillo porque para mí, es la importación del lenguaje de, quienes sin criterio propio, como papagayos, les da por repetir lo que creen es una magistral manera de definirse.

No deja de ser una casualidad que una semana después de la "cremá" de las Fallas, pueda darse en la autonomía más grande, después de 30 años, la alternativa política. Con la que está cayendo, parece que presumir vaticinando otro batacazo socialista en las urnas andaluzas, pudiera ser una torpeza monumental por parte del atrevido oráculo, ya que, con una huelga general contra el gobierno por sus políticas de sumisión ante la patronal, huelga que está a la vuelta de la esquina, una autonomía como la andaluza, bien servida mayormente de trabajadores asalariados, no deberían de perder las elecciones ante el gobierno y el partido que les castiga, a base de perder prácticamente todos sus derechos menos el de trabajar y cobrar a capricho de la patronal, que por cierto ¡vaya derecho!.

Decía antes lo de las Fallas porque como ustedes no ignoran, es en ellas costumbre que una sea indultada. Extrapolando la cuestión, tengo para mí que en Andalucía no habrá "ninot indultat". Serán "cremats", "assocarrats", hasta convertirlos en ceniza política. Y puestos a pronosticar, no piensen los socialistas que más pronto que tarde cual ave fénix, van a renacer de sus cenizas. Han enfangado su presente de tal manera, que les pone bastante negro su futuro. Mírense el ejemplo de cuando se perdió el Ayuntamiento y la Presidencia de la Autonomía de Madrid. Por otra parte, en estos momentos actuales, el PSOE carece de líderes fuertes y representativos que tengan parcela de poder, salvo lo de Rubalcaba dirigiendo el partido y López en el País Vasco, y muy poquito más. Con estos mimbres, si además se pierde Andalucía, el PSOE tiene ante sí, una crisis tan asfixiante como la otra, con una triste realidad, cual es que, para recuperar credibilidad, el PP tiene que hacerlo muy mal y llegar el votante a la conclusión que para este viaje no hacían falta alforjas, y en definitiva, que más le valía lo malo conocido que lo bueno por conocer. Lo terrible es que las consecuencias serán, si eso sucede, a cuenta de los de siempre.