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Los ajustes presupuestarios del Gobierno no cesan y ahora le ha tocado el turno al Lazareto. Tal y como publica hoy este diario, los funcionarios del Ministerio de Sanidad no podrán hacer uso de estas instalaciones del puerto de Maó como privilegiada residencia estival. El recinto se cierra, pero seguirá abriendo sus puertas para congresos y encuentros científicos. Una vez tomada esta decisión, la Administración central debería estudiar seriamente algunas opciones para dar un uso a un enclave que los menorquines siempre han reclamado como suyo. En este sentido, se debería ir más allá de permitir las visitas guiadas y plantear la posibilidad de una reversión de la titularidad a la Isla. Sin embargo, esta decisión correría el peligro de que en el actual contexto de crisis, el histórico recinto pudiera caer en el abandono, por lo que una solución podría ser la que apunta la presidenta de Unió Menorquina, Irene Coll: apostar por una gestión mixta pública-privada y abrir así una vía a la inversión privada. Desde UMe, partido que se ha mostrado especialmente reivindicativo en recuperar el islote para Menorca, dice tener constancia de que hay empresas interesadas en este tipo de proyectos. La belleza del entorno y sus cuidados edificios son, sin duda, un atractivo para sacarle un rendimiento económico.