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Me gustaría hablarles de las abejas, pero esta vez les dejaré con la miel en los labios porque me he percatado de que la vida está llena de círculos ¿Cómo? ¿Qué ya se habían dado cuenta?

Debido a ese carácter circular, habrán oído decir más de una vez que "la vida da muchas vueltas". Y es verdad. No hay más que sentarse y esperar, para poder contemplar el curioso fenómeno. Los de arriba acaban cayendo y el que no era nadie luego parece importante. Los círculos, al rodar, también pueden crecer como las bolas de nieve, que empiezan por ser insignificantes y al coger velocidad pendiente abajo, son capaces de arrastrar todo lo que encuentran a su paso.

A los círculos hay que tratarlos y educarlos desde pequeños, o se convierten en círculos viciosos, que luego son muy difíciles de corregir.

En toda sociedad hallamos círculos perversos, del tipo: los billetes son caros porque hay poca demanda…y hay poca demanda porque los billetes son caros. Cuesta horrores salir de ellos y pueden llegar a fastidiar los mejores propósitos.

Todos sabemos que el pánico es una cosa que cunde mucho. Funciona como una bola de nieve, envolviendo cuanto atrapa en su radio de acción. Luego no hay quien la pare, como los rumores que se difunden de boca en boca, aumentando siempre de tamaño.

La ignorancia impide el progreso de un país cuando todas las ciencias parecen ocultas y cuando quedamos atrapados en círculos viciosos a diario: el de la corrupción, el del desánimo, el de la parálisis frente a los problemas… El que odia solo se fija en lo negativo del otro, por ejemplo, sin querer ver lo positivo que pueda tener. Con lo cual, cada vez lo odia con más razón. Necesitamos detectar y desactivar esos círculos viciosos que podemos encontrar por todas partes. Sería un ejercicio muy útil para practicar en compañía.

Las mejores ciudades que conozco se definen por su zona peatonal (Las Ramblas, el paseo de la Concha, Ses Voltes…), con los coches a raya y la gente caminando tranquilamente o haciendo "footing"; lugares acotados para charlar tranquilamente, mientras te tomas algo con alguien, o compras, o simplemente ves pasar a los demás, que es ocupación que ya entretiene bastante.

Nacho tiene razón: el puerto debe ser un centro neurálgico de fácil acceso, con una zona libre de humo y de coches, junto a lugares de aparcamiento próximo y accesible.

Seguro que la gente bajará y disfrutará más de "baixamar", en las calurosas noches estivales. Pero ¿Qué ciudad queremos?

Necesitamos entrar en unos cuantos círculos virtuosos, que se retroalimenten o retroengorden, si hace falta. Se lo decía, geométricamente, un padre a su hijo pequeño:

- El agudo y el obtuso parecen vivir en mundos paralelos. Así que tú procura ser un hombre recto y punto.