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El centro escolar Maria Lluïsa Serra se inauguró ayer. Desde que se levantó el Colegio Mateu Fontirroig, hace 32 años, no se había puesto en marcha una nueva infraestructura educativa en este municipio. Finalmente, el proyecto se desarrolló en la pasada legislatura, gracias al acuerdo del Govern y el Ayuntamiento, y en este nuevo curso los primeros alumnos llenarán algunas de las aulas. El centro responde a una necesidad arrastrada durante años y es una mejora importante en la atención educativa en Maó. Que preste servicio en estos tiempos de recortes es más significativo, porque ha de significar que a pesar de la necesaria austeridad, la Educación siempre ha de ser una de las prioridades políticas, junto a los servicios sociales y la sanidad. Quedan otras cuestiones urgentes en el municipio, como la reforma de Sa Gradudada y las nuevas dependencias de la Escola d'Adults. Es verdad que las infraestructuras son imprescindibles, pero también lo son los medios humanos. El reto de este curso será mantener la calidad a pesar de los ajustes. No debería existir una contradicción entre abrir un nuevo colegio y el incremento de la ratio de alumnos por aula. La calidad educativa es el resultado de la suma de todos los recursos.