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El presidente de ASCOME, Vicente Cajuso, disertaba ayer en las páginas de este periódico sobre los nuevos hábitos de consumo y ponía sobre la mesa una cuestión fundamental para el sector: "Si el cliente ha cambiado debemos reflexionar si hemos cambiado también nosotros como comercios". Este es uno de los retos que tiene que afrontar principalmente el pequeño y mediano comerciante en un ámbito tremendamente competitivo. Conceptos como reinventarse, especializarse o diferenciarse son claves para diseñar estrategias que permitan la supervivencia. Por ello, el proyecto que pretende impulsar el Ayuntamiento de Maó para revitalizar el Mercat des Peix, que vive uno de sus peores momentos, es un buen ejemplo de cómo adaptarse a los nuevos tiempos. La reconversión del histórico recinto, ubicado en un espacio privilegiado, en un centro de gastronomía más allá de la venta de pescado, puede ser un punto atractivo para el turista. Iniciativas de este tipo se han llevado a cabo con éxito en otras ciudades, por lo que vale la pena probarlo también aquí. La experiencia que se pretende realizar este verano presenta, sin embargo, la incógnita de si la fórmula podrá mantenerse durante todo el año. De todas maneras, es un primer paso para que las cosas cambien.