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Las mejoras y ajustes que se han realizado en la red de transporte público por carretera están empezando a dar sus frutos. Uno de los objetivos que se marcó la Conselleria de Movilidad, tras el cambio de gobierno en el Consell, fue realizar un estudio para ajustar la oferta a la demanda, sin que ello supusiera cambiar lo que funcionaba bien. Además, se fijó el reto de que el nivel de satisfacción del usuario se mantuviera y al mismo tiempo que el servicio fuera más económico. Los datos aportados por el departamento indican que se va por la senda correcta. Así lo confirma el hecho de que el número de pasajeros se haya incrementado, desde principios de año a día de hoy, un 10 por ciento respecto al mismo periodo de 2012, registrándose el aumento más significativo en la ruta Maó-Ciutadella. Esta evolución se explica por diversas causas: las sucesivas campañas de concienciación promovidas desde hace años, la crisis económica, el encarecimiento del combustible y la buena acogida que han tenido las modificaciones introducidas. Si a todo ello se une un ahorro de dos millones de euros si se compara con 2011, la gestión se puede calificar de positiva. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer para reducir la excesiva dependencia que todavía existe del coche.