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Habla de gatos, me sugirió uno de mis hijos cuando le dije que no tenía tema para esta columnita. Y enseguida me vino a la cabeza la gata de Montaigne que le hacía preguntarse si era él quien jugaba con ella o era el animal el que jugaba con el filósofo. Pensé también en los traviesos gatos del poeta T.S. Elliot.

Y fui a internet para descubrir que estos pequeños felinos son los animales favoritos de muchos escritores. Hemingway convivía en La Habana con treinta y cuatro gatos, mientras escribía "Adiós a las Armas" e "Islas en el Golfo". Alejandro Dumas, Dickens, Mark Twain, Victor Hugo, las hermanas Bronte, Lord Byron, Chandler y Francis Scott Fitzgerald, entre muchos otros literatos, tenían gatos. El de este último se llamaba Chopin, como la célebre marca de vodk..

Poe , Baudelaire, Alberti, Borges y García Lorca le dedicaron poemas a este animal del que Neruda dijo: "El hombre quiere ser pescado y pájaro,/ la serpiente quisiera tener alas,/ el perro es un león desorientado,/ el ingeniero quiere ser poeta,/ la mosca estudia para golondrina,/ el poeta trata de imitar la mosca,/ pero el gato quiere ser solo gato/ y todo gato es gato/ desde bigote a cola,/ desde presentimiento a rata viva,/ desde la noche hasta sus ojos de oro".

También es famosa la paradoja cuántica del gato de Schrödinger que está vivo y muerto al mismo tiempo, al igual que esta columnita que no existiría si no tuviera hijos, no hubiera internet y si Dios no hubiera creado a los gatos.