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Es curioso, pero en unos momentos en los que parece que no apetece estar en política por la lluvia de palos que les da la ciudadanía, nadie -o casi nadie- quiere irse.

Es más, se han desatado como unas prisas por colocarse en la línea de salida de cara a las elecciones municipales y autonómicas de 2015. Incluso, en nuestra Isla, hay animosos que se suman a nuevos proyectos como el PI de Jaume Font. Y eso que todavía falta año y medio para los comicios y unas «europeas» por en medio de las que nadie quiere acordarse (esa UE en su laberinto...).

Además, un eslogan de tono medio como el «Hemos vuelto» pronunciado por Rubalcaba generan siutaciones como la de Aina Calvo, que se lía la manta a la cabeza, y le envía un whatsapp a Francina Armengol, comunicándole algo así como «hola, me presento».

Luego va el presidente del Govern y del PP balear y cuando ya tenía medio pie en el avión para irse a California se autoproclama candidato. Y en plan torero añade que «esa duda no la tenía nadie». Vale.

De regreso a Menorca, es Santiago Tadeo quien pide el apoyo para que los seis alcaldes del PP repitan. Y ahí lo deja, aunque sin despejar aún la incógnita si él también seguirá.

En casas vecinas, como la de los socialistas, por aquí van más tapados porque todavía están animándose para «volver» y con esa bicefalia difícil de resolver que encarnan Vicenç Tur y Marc Pons. En definitiva que muchos no se han ido (porque no toca) y ya están pensando en volver.

Todo ello me deja un tanto perplejo, ya que es como si un estudiante que no sabe si va a aprobar los exámenes finales - tiene algunas o bastantes cateadas- se pone a pensar en el curso superior.

Sin restar legitimidad a esta escalada y debate interno, creo que Gobierno y oposición deberían centrarse en las asignaturas pendientes. Para lo otro ya habrá tiempo y alguna sorpresa.