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Déjenme que de la revista del MENORCA sobre las fiestas de Sant Joan de Ciutadella, me detenga en el acierto que han tenido los de «Es Diari» al encargarle al pintor de Ferreries, Carlos Mascaró, su magnífica portada. Una genial y bellísima alegoría, creación del maestro, que ha compuesto una simbología que viene a ser como una aldaba que golpea la puerta tras la cual se guardan los recuerdos festivos que, a lo largo de un año, el pasar de los días adormecen para que ahora las retinas los despierten al contemplar el preludio festivo en la portada de la revista santjoanera que antes de las fiestas el MENORCA adelanta todos los años.

Carlos Mascaró ha utilizado la bandera de Sant Joan para enmarcar la cruz de ocho puntas de los caballeros de Malta. Un fabiol y un ejemplar del MENORCA , ambos con historia, que, simbólicamente unidos por una cinta roja, representas la relación y el puntual seguimiento del MENORCA con la fiesta de Sant Joan. Una cinta roja que les invito a que observen el curioso detalle en ese mínimo espacio donde la cinta parece flotar sobre el fabiol y ese otro detalle del doblez de las hojas de «Es Diari» o las dos caras que aparecen en la parte que se ve a la izquierda de una fotografía y las imágenes que se insinúan por debajo de la cinta roja; la filigrana de las puntadas en la cruz sobre la tela; las arrugas del farfalá de la tela de la bandera que aparecen desde un fondo tenebrista; la textura del color de la bandera, como pedido prestado a la tela de la inspiración de San Mateo de Caravaggio. Virtuosismo de alta escuela el de Mascaró, que ha estudiado a fondo y con provecho la pintura barroca holandesa en general y en particular a Michelangelo Merisi, de la escuela barroca italiana. No quiero dejar sin decir que «Es Diari» y el fabiol que ustedes pueden ver en esta obra de Mascaró, tienen, como les decía antes, su historia. El fabiol no es un fabiol cualquiera, éste es tan verdadero que fue el que se utilizó durante las fiestas de Sant Joan de 2013. Una curiosidad que el genio detallista de Mascaró ha captado para el espectador es el ligero cordel anudado a partir del último agujero del artesanal instrumento, quizá porque debía estar colgado de algún clavo en la pared o quizá porque el fabioler, para que no se le cayera, se lo anudaba a la muñeca. En cuanto a «Es Diari», guarda en sí mismo un hito histórico en la prensa menorquina al ser el primer ejemplar de la integración entre «Última Hora» y el MENORCA, del 22 de septiembre de 2013. Sensibilidad y buen gusto en la acertadísima y bella composición que denota la madurez artística del genial maestro de Ferreries, con su depurada técnica y trabajado virtuosismo en los detalles, sobre todo en aquellos que pueden parecer más insignificantes, donde a veces al ojo humano no le da la gana detenerse.

La obra mascaroniana no deja lugar a dudas, pues en su personal, depurado y trabajado estilo, lleva su inconfundible firma.

No sé si es una genialidad para esta obra o una licencia del artista. Tratándose de Mascaró pueden ser ambas cosas a la vez. Me refiero al original ángulo con que el pintor quiso captar toda la carga descriptiva de simbología santjoanera, estando él de pie junto a la misma y mirando ligeramente de arriba hacia abajo, resolviendo, como este artista sabe hacerlo, una compleja y original ecuación óptica.

Una vez más, Carlos Mascaró nos deja su absoluto dominio en el manejo de la luz cenital, una luz que incide sobre «Es Diari», la cinta, el fabiol, la cruz y parte de la tela de la bandera. Y a pesar del voluntario desafío con lo que se intuye de mesa y la caída en vertical de la tela de la bandera sobre la misma, más algún pliegue de ésta en el barroco fondo, nos sorprende por haber logrado una profundidad sólo al alcance de aquellos artistas que al tiempo le piden tiempo para que su arte rezume las virtudes que sólo se hacen visibles con el sosiego de la técnica que convierte un trabajo en arte.