Había en Florencia un jardín lleno de fuentes con prodigios y cisnes, algunos de los cuales tenían cabeza de doncel o de doncella. Muchas noches una ninfa salía de la Galleria degli Uffizi y bajaba a bañarse en el estanque a la luz de la luna, y se abrazaba a un cisne mayestático que tenía plumas de plata y pico de oro y cantaba arias de ópera con una voz sonora, excelsa, que tenía la virtud de dejar en paños menores a cuantos la escuchaban. Pero el canto del cisne desnudaba también los corazones y hacía llorar al más pintado, pues era tremendamente humano, y cada noche el cisne moría después de su acto de amor y era enterrado con un cortejo riquísimo; pero a la noche siguiente había otro cisne canoro en el lago y volvía la ninfa y así por los siglos de los siglos.
Les coses senzilles
Visión de Florencia
06/10/14 0:00
También en Opinión
- Zoe y David: una historia de amor por Menorca con boda incluida
- Conflicto vecinal en Cala Morell: piden amparo al Ayuntamiento de Ciutadella ante una junta «ilegal»
- La Casa de la Infancia de Maó, desbordada: aloja a 25 menores y todavía faltan por llegar los de Canarias
- La Salle de Maó tendrá el primer Bachillerato concertado que se imparte en Menorca
- Que entre las playas de Cavalleria y Cala Mica...