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En la noche del domingo conoceremos los resultados de estas elecciones que se presentaban inicialmente bajo el signo de la incertidumbre, pero durante esta última semana sedimentan las intenciones de voto, que remansan y consolidan las nuevas mayorías de gobierno.

Los augures de la demoscopia, desorientados por la volatilidad y el alto porcentaje de respuestas «no sabe/no contesta» -cuando en realidad deberían indicar «no quiere contestar»- pronostican un nuevo escenario con otros partidos eficaces, con capacidad para decidir.

Habrá menos mayorías absolutas, es cierto, pero en el ánimo del ciudadano votante pesa el ejemplo de lo ocurrido en Andalucía, donde Susana Díaz ha quedado atrapada por el error de su adelanto electoral que constituye una torpeza, de la misma manera que Artur Mas se equivocó y pasó de 62 a 50 diputados en el Parlament catalán.

En Menorca puede haber sorpresas, pero no van a ser tantas, y así lo recogen los sondeos electorales de Infortécnica, que hemos publicado en estas páginas. Porque quienes pretenden afrontar y ganar las elecciones a tres meses vista -o sea, formar candidaturas, equipo de campaña, redactar programa, darse a conocer, etc.- emprenden una carrera tarde y mal respecto a quienes hace ya cuatro años que corren. Y siguen corriendo; difícil lo tienen para pillarlos.

Será difícil permanecer neutral en el centro -espacio geométrico, no político- después del 24 de mayo. Y en la noche del domingo releeremos el luminoso artículo del maestro Josep M. Quintana, publicado en octubre pasado, cuando advirtió: «El líder del PSOE en Menorca, Vicenç Tur, difícilmente puede liderar una alternativa fuerte desde la escasa presencia que tiene en las instituciones». El PSOE volverá a ser alternativa fuerte el día que vuelva a tener liderazgos fuertes.