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Hace unos días en estas mismas páginas de «Es Diari» me quejaba yo de que en Menorca no tengamos ningún restaurante con estrella Michelín. Déjenme ahora matizar mi afirmación añadiendo para mayor agravio comparativo que la vecina Mallorca tiene 9 restaurantes con estrella Michelín. Los últimos dos galardonados han sido: Argos en Puerto de Pollença y Adrián Quetglas en Palma. El restaurante Zaranda en Calvià cuyo chef es Fernando Pérez Arellano, tiene un año más dos estrellas, lo que le coloca como el más laureado de Mallorca y a mi entender homologándole con los grandes de España en la cocina. Dicho esto creo queda completado lo de las estrellas Michelín en Balears. El otro día, de propósito, no quise dejar constancia de la superioridad abrumadora respecto de las estrellas Michelín con la cocina menorquina.

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En otro momento ya les comentaré el modo más frecuente de cómo acostumbran a actuar siempre los inspectores de las estrellas Michelín, que tienen, a mayor gloria, mantener el riguroso incógnito. No obstante aquí les dejo para hacer boca algún dato de su modus operandi. Lo primero que suelen hacer es ir al baño y observar en qué condiciones está; luego pasan revista a la carta, que deberá estar impoluta, sin faltas de ortografía ni manchas; el servicio tiene que ser discreto pero esmerado y conocedor del oficio, con la ropa en perfecto estado; el utillaje de mesa, sin las feas rozaduras de los friegaplatos.