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Vas a pasar la ITV y hete aquí que una de las puertas traseras no abre del todo bien. Por semejante vaguedad no te pasarán la dichosa revisión siendo lo cierto que hay millones de coches que no abren ni poco ni mucho ninguna de las puertas de atrás, sencillamente porque solo tienen dos delanteras. Pero eso de las puertas debe ser muy grave porque no pasas la revisión si una de ellas no abre bien. Mientras tanto en Catalunya, unos políticos catalanes juegan a no respetar la ley. Les importa una higa si lo dice el Tribunal Constitucional o el Tribunal Supremo o el sursum corda; les da igual que les da lo mismo. Ellos siguen en su modus vivendi, haciendo público y ostentoso su mutatis mutandis (cambiando lo que sea menester) y lo que es caer de pie, que no les pasa nada. Lo jodido, ya digo, en España, es que una puerta de las cuatro que tienen la mayoría de los coches no abra bien.

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No sé si aún queda nadie capacitado en la administración o en el gobierno para captar semejantes desatinos. A todo eso, Rajoy y su gobierno, agavillados con sus múltiples asesores, me recuerdan, salvadas sean todas las distancias, las películas de indios de mi juventud. ¡Quietos!... ¡quietos, que nadie dispare!, dice el teniente, y de esta suerte esperan hasta el último segundo. ¿A qué espera Rajoy?, ¿o quizá sea más acertado decir que espera Carles Puigdemont, Oriol junqueras y la gente de la CUP? Porque es evidente que después de llevar a la mitad del pueblo catalán por la trocha que conduce al despeñadero del separatismo, ahora no pueden volver atrás, so pena de que los corran a gorrazos y esperan que en el último minuto el gobierno eche mano del artículo 155; un artículo este, tengo que decirlo, que puede confundir en su aplicación. En cualquier caso, a los jerarcas separatistas les podrían suponer un alivio en su empecinamiento, pues ya la culpa no sería suya ni de su orfandad política si no de la sinrazón del gobierno. Ellos lo habrían intentado hasta el final y sin asomo de sonrojarse, seguramente añadirán que todo lo que han intentado «lo han hecho democráticamente», como si eso de pasarse la ley por retambufa fuera una postura democrática.

Puigdemont y Junqueras más el resto de separatistas a cualquier precio, ya se han dado cuenta que Rajoy y su gobierno también necesitan un motivo salvador, un salvavidas antes de desempolvar el artículo 155. Los dos bandos quieren por encima de todo salvar los muebles, aunque esa quietud, esa especie, lo digo con todas las reservas, de pasotismo, les está llevando a un choque de trenes. Mientras tanto, como decíamos antes, si no lleva usted bien puesta la pegatina de que ha pasado, a pesar de las absurdas dificultades, la ITV, tráfico le pondrá 200 euros de multa. Paréceme como el texto de una mala novela o como si hablásemos de países diferentes porque ambas cosas no pueden estar pensadas en el mismo lugar ni por la misma gente.