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El Plan Director de Equipamientos Comerciales se aprobará, probablemente, en el pleno del Consell del día 21 de este mes. La moratoria comercial de 2016 se ha mantenido hasta casi el último minuto (caducaba el día 26). Realmente da la impresión de que ni la moratoria ha servido para impedir ningún proyecto, ni el Plan va a ser útil para mejorar nada en el sector comercial. Las dos ‘cosas’ parecen pertenecer a los tiempos comerciales pasados, a cuando un pequeño comercio era un negocio rentable y existía una respuesta social preventiva ante el desembarco de las grandes superficies.

Hoy los polígonos son más comerciales que industriales y los centros históricos se van adaptando a los cambios. El temor del abandono del centro a favor de las zonas industriales exteriores ya no existe porque la realidad se ha impuesto a los debates, moratorias y planes. Los espacios comerciales que sobreviven son los que se han adaptado a las nuevas dinámicas de consumo, los que se centran en servicios que no se pueden ofrecer por internet o los que son capaces de competir en precios y servicios, lo que no es fácil.

El desembarco de grandes superficies comerciales preocupa menos que antes a los comerciantes y nada a los consumidores, que en tiempos de precariedad salarial no están por la labor de ser solidarios con el comercio local.

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Afrontar el reto de internet, ayudar a formar a los empresarios locales, apoyar la implantación de las nuevas tecnologías es mucho más interesante que un plan de equipamientos para regular el pasado, algo imposible.