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Ante la puerta de la residencia oficial de los primeros ministros británicos Downing Street, la primera ministra Theresa May, presentaba el viernes 24 de mayo de 2019, una dimisión que llevaba meses anunciada ante la impotencia resolutiva de un Brexit que nació con los fórceps de un parto difícil. Herencia política de David Cameron que jugó una carta política mal meditada, pues pensando contentar a quiénes querían salirse de la Unión Europea, no fue al parecer correctamente informado de que esa ecuación estaba lastrada por la mitad de la población británica que pensaba de otra manera, pues veían en la aventura el abandono de la industria del territorio inglés, amén de que por diversos motivos no querían salirse de Europa, conscientes de que por ahí fuera podría hacer mucho frío. Dicen quiénes lo saben qué Cameron fue a un referéndum que nadie había pedido, ahora ya sabe que los referéndums de carácter separatista los carga el diablo. Él pensó contentar a los que lo pedían convencido de que no saldría de las urnas lo de separarse de Europa, y así mataba dos pájaros de un tiro, pero salió el sí el 23 de junio de 2016, con un resultado inquietante para cualquiera de los dos lados: 52 que apoyaron salirse de Europa frente a un 48% que no. Pero era un sí mal informado. Luego se dieron cuenta de los pros y los contra, y eso convirtió aquel referéndum en una nebulosa, una incógnita sobre el futuro, una inseguridad que hizo de David Cameron la primera víctima.

Después a lo largo del tiempo que llevamos con el que me voy y con el que me quedo, ha supuesto una interminable lista de ministros, secretarios de estado y altos funcionarios que han dimitido, tanto ha sido el descalabro gubernamental que ha llegado a afectar seriamente la libra y a golpear la bolsa británica. Deténgase en el siguiente dato: la presentación del Brexit en Bruselas, le supuso a la señora May, nada más y nada menos que la dimisión fulminante del ministro para el Brexit Dominic Raab, la ministra de Trabajo y Pensiones Esther McVey, el Secretario de Estado para Irlanda del Norte Shailesh Vara, la subsecretaria de Estado Parlamentario para la salida de la Unión Europea Anne-Marie Trevelyon y Suella Breverman de la Secretaría de Estado. Ante este cataclismo dimisionario el resto de los sorprendidos países europeos se sacudían el cerumen de los pabellones auditivos que no alcanzaban a oír con claridad en la lengua de Shakespeare lo de la voluntad de separarse de la Unión Europea, viniendo a quedar como si no hubiéramos comido juntos nunca.

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A Theresa May, no le ha quedado a su pesar, otra que tener que recoger los bártulos y hacer mutis por el foro, pero ya han aparecido algunos postulantes a recoger el testigo que está a voluntad de los tories que lo forman 124.000 miembros que la han dejado caer, y a la postre serán los que nombren al próximo primer ministro. Parece que en la línea sucesoria esté mejor posicionado Boris Johnson, que pasaría a ser el líder de los tories, viniendo de haber sido alcalde de Londres, Michael Gove tiene 51 años de procedencia escocesa, dicen que es un brillante orador, Andrea Leadsom la dura rival por alcanzar el liderazgo tory en el año 2016, ocupa en la actualidad el puesto de Ministra para las Relaciones con la Cámara de los Comunes. Los conocedores de la política británica saben lo que significa ocupar este puesto y el poder que éste otorga.

De momento parece que lo que está claro es que el referéndum que les ha llevado a esta situación, fue o poco explicado o mal comprendido sobre las consecuencias a las que obligaba y llevaba el resultado.

No se puede mostrar indiferencia ante esta situación que nos puede llegar a salpicar duramente.